Beñat Intxausti: "Es el momento de dar un paso adelante"
Debutó en el Giro el año pasado y se codeó con los mejores, incluso estuvo a punto de ganar una etapa de montaña, hasta que una inoportuna enfermedad le noqueó cuando apenas faltaban tres etapas. Tras ser décimo en la Vuelta, regresa a Italia con ganas de ganar
bilbao. Ha llegado su hora. Beñat Intxausti acude al Giro de Italia como jefe de filas de Movistar. El vizcaino no se esconde y acepta de buen grado la presión. Tiene hambre. Ya no le vale con saber que ha hecho un buen papel. Quiere levantar los brazos. En las últimas semanas ha trabajado en el túnel del viento, donde tal vez haya pulido los detalles que le sirvan para ganar una cronoescalada que le da buenas vibraciones.
¿Cómo llega?
Creo que bien. Después de País Vasco y Amorebieta me encontré muy bien, terminé a gusto la semana. Desde entonces me dediqué a descansar un poco y entrenar de cara al Giro. Estoy contento porque aparte de que las sensaciones son buenas, llego sin lesiones ni problemas de salud, que es lo más importante.
Desde Amorebieta no se ha vuelto a poner un dorsal. ¿No es mucho tiempo?
Sí es verdad que estar un mes sin competir lo puedo acusar los primeros días. Pero estamos tranquilos porque en la última carrera me sentía bien, las sensaciones del cuerpo eran buenas, así que no hay problema. No tenemos dudas en lo que se refiere a la falta de ritmo. Es una carrera larga, de tres semanas, por lo que hay tiempo y días para coger el punto.
¿Qué ha estado haciendo todo este tiempo?
Después de correr en la Vuelta al País Vasco he estado tres o cuatro días descansando por casa, entrenando suave. Después, he entrenado en altura de cara al Giro. Estuve en Sierra Nevada. Y luego ya he vuelto otra vez a casa para estar tranquilo antes de viajar a Italia.
También pasó por el túnel del viento de Granada.
Siempre son detalles importantes a trabajar. Los segundos que te dan estos retoques en la contrarreloj se notan. Es una modalidad importante que cada día tiene más peso en el ciclismo. Ha sido una experiencia nueva para mí y bonita. Sirve sobre todo para aprender y espero que esa mejora se note luego en la carretera.
¿Le han retocado mucha la postura o las medidas?
Un poco sí. Hay especialistas que saben mucho sobre aerodinámica y que te ayudan a mejorar. Sí ha habido algún cambio, no gran cosa, pero a ver si ese poquito sirve para mejor.
Mañana mismo tiene una contrarreloj por equipos.
Vamos muy confiados porque es una modalidad que se nos está dando muy bien últimamente. Hemos ganado ya varias pruebas por equipos o hemos sido segundos estando cerca de los primeros. Nos gusta y lo queremos hacer bien, pero tenemos ganas e ilusión por intentar ganarla.
¿La contrarreloj individual de 55 kilómetros les pone a todos un peldaño por debajo de Bradley Wiggins?
Está claro que ese día es una jornada importante para este Giro. Sabemos que Wiggins es un especialista en esa modalidad y que seguramente nos sacará al resto un tiempo importante a su favor. Habrá que intentar recuperar en la montaña sea como sea.
Un contratiempo de salud le hizo aflojar en su debut en el Giro el año pasado. ¿Le ha quedado una espinita clavada?
La verdad es que sí. Después de 19 días luchando por entrar entre los diez mejores de la general, incluso entre los seis primeros, me puse enfermo y no pude terminar al 100%. A consecuencia de eso no pude estar delante. Sí que te queda una espinita clavada. Además, también estuve muy cerca de ganar una etapa, hice segundo. Después de llegar a casa, pensándolo un poco, a pesar de que el objetivo era hacerlo bien en la general, sí te queda una espina. Pero el balance sí creo que estuvo muy bien. Con el espíritu del año pasado queremos hacerlo mejor.
¿Qué conclusiones sacó el año pasado que le puedan servir ahora?
El Giro es una carrera especial. En Italia se vive de una manera muy diferente, el ciclismo es como un gran espectáculo. Los tiffosi se dejan ver cada día. Todos las etapas tienen finales muy complicados, nerviosos, muy técnicos, callejeando? Son etapas que me gustan. Luego, las montañas son muy duras, de mucha pendiente, otra cosa que también me gusta. Todo eso hace que esta sea una carrera especial para mí.
Después terminó décimo en la Vuelta a España a pesar de estar trabajando para Valverde. ¿Sirvió para demostrarse a sí mismo que tiene motor para una competición de tres semanas?
Sí. Sobre todo tuve la experiencia de hacer dos grandes en el mismo año y, además, de hacerlo muy bien. En la Vuelta pude ser décimo, estando todos los días delante, trabajando para Alejandro en los momentos clave de los días importantes. Creo que el año pasado me dio un punto de madurez y de resistencia de cara a las grandes vueltas. Espero que eso que viví la temporada pasada me sirva para este año.
Es la primera vez que acude a una grande como jefe de filas. ¿Nota más presión?
Es una gran responsabilidad llevar el maillot de Movistar en una carrera tan importante como el Giro de Italia y tener que hacerlo cargando con el peso de ser el líder. Impone mucho respeto. Siempre hay que hacerlo muy bien, pero para mí también es un reto que me gusta. No me desagrada y el peso lo acepto con más ganas.
¿Con qué se va a dar por satisfecho en este Giro?
Sinceramente, me gustaría intentar ganar alguna etapa y levantar los brazos. El año pasado me quedé cerca y en 2012, en la Vuelta a España, también. Me gustaría ganar y disfrutar de ese momento de llegar a meta levantando los brazos. Y luego me gustaría pelear para hacer una buena general junto a mi compañero Cobo.
¿Es el momento en el que debe dar un paso adelante y demostrar que puede ser un 'gallo' dentro del pelotón?
Creo que sí. El año pasado hice allí una cosa importante y esta temporada debo dar algo más. Tengo un año más de experiencia. Estar, por ejemplo, en el séptimo puesto y ganar una etapa sería magnífico para mí. Personalmente, sería un objetivo cumplido. Sí creo que estoy en el punto en el que tengo que dar un paso adelante.
¿Le gusta el recorrido? ¿Se adapta a sus cualidades?
El Giro este año toca todos los terrenos. Tiene una crono por equipos, una crono individual larga, tipo Tour que marca muchas diferencias, y luego tiene finales complicados, típicos italianos. Hay también una cronoescalada que seguro que va a dejar diferencias importantes? Pero como en los últimos años, la semana final es la clave porque están las llegadas al Galibier, Tres Cimas de Lavaredo y un montón de puertos más donde puedes ganar y perder todo. Son puertos duros y largos en etapas que hacen mucho daño cuando las fuerzas están ya tan justas. Es un Giro muy completo del primer día al último. Personalmente me gusta, sobre todo por la cronoescalada.
¿Esa es etapa que más le motiva?
Es un día que me gusta mucho, pero cualquiera es bueno para levantar los brazos. No voy a descartar ninguna etapa.
¿A qué rivales ve mejor colocados para la lucha por el podio?
Todos sabemos quiénes son los máximos candidatos a la maglia rosa. Creo que Wiggins, por lo que hizo el año pasado, y Nibali, que corre en casa y lo ha preparado muy bien, son los dos corredores que están por encima de todos en las quinielas. Un poco por debajo, como tercer hombre, estaría Hesjedal, el ganador del año pasado. Luego hay un ramillete de buenos corredores que pueden optar a estar entre el podio y los diez primeros, como Evans, Gesink, Samuel, Henao?
¿Les dará usted algún susto?
Hombre, vamos con ganas de ello y con esa ilusión.