bilbao. La Bilbao-Bilbao convirtió ayer Bizkaia en el hábitat de una serpiente multicolor e interminable. Más de 5.700 cicloturistas partieron de la capital vizcaina para recorrer 115 kilómetros en un ambiente de fiesta. Las malas previsiones meteorológicas hicieron mella en el número de participantes. La amenaza de lluvia hizo que mucha gente recelase y no sacase la bicicleta de paseo, pero varios miles de personas pudieron disfrutar de un recorrido atractivo. A pesar de la lluvia de última hora, nadie se arrepintió de haberse sumado a una iniciativa que ya es una clásica del deporte vizcaino. No en vano, la Bilbao-Bilbao cumplía ayer 25 años.
A las ocho de la mañana comenzaban la aventura los primeros valientes. Una salida escalonada permitió que cada participante se amoldase a sus capacidades. Al mediodía, los más rápidos llegaban ya a la Gran Vía después de atravesar Uribe-Kosta, Mungialdea, Txorierri, Galdakao, etc. Primero era un goteo intermitente de ciclistas, pero a medida que pasaban los minutos, la principal arteria de Bilbao se inundaba de bicicletas.
Una de las claves del éxito de la Bilbao-Bilbao es que su poder de convocatoria llega muy lejos. De ello daba fe Andreu, que venía desde Tarragona con varios amigos expresamente para tomar parte en la marcha: "El atractivo de esta prueba son los lugares por los que pasa y el mismo Bilbao. Ha sido un poco durillo, pero se puede hacer bien. Si has entrenado un poco, se hace fácil. La experiencia ha sido muy bonita, para repetir". Algo parecido explicaba Rubén, llegado desde Asturias. Era la tercera vez que participaba en la Bilbao-Bilbao y estaba "encantado". "Lo mejor es el ambiente y la gente", celebraba tras pasar por la llegada, "da muy buenas sensaciones, hay muy buen rollo. Esto ayuda a que la gente coja la bicicleta. Aunque se nota que hay gente que solo coge la bici hoy, porque se ve cada cosa...".
De más cerca, de Deusto, llegaba Aitor, a quien el recorrido se le puso un poco cuesta arriba en el tramo final: "Se me ha hecho un poco durillo al final. Cuando llegas a Morga, parece que es el final, pero todavía tienes que llanear y se ha hecho un poco largo". Este deustuarra participó junto a compañeros de Mungia y reconoce que se trata de una jornada festiva: "El ambiente es insuperable. Hay mucha gente participando y mucha gente en los arcenes viéndote pasar".
En eso coincidía el portugalujo Octavio: "Había un ambiente muy bonito. Es un día muy bonito para fomentar el deporte de la bici y que la gente se vaya animando. Es un deporte muy agradecido. Hay que disfrutarlo. Ha hecho fresquito y nos hemos helado un poco en el parque tecnológico. Pero dando pedales se pasa el frío". A pesar de las inclemencias del tiempo, Octavio destaca que la Bilbao-Bilbao sirve para compartir la afición por el ciclismo con los demás: "Siempre te juntas con algún familiar, vas conociendo gente. Yo creo que ese es uno de sus grandes atractivos. Es agradable conocer gente que viene de fuera".
La gran mayoría de los participantes en la Bilbao-Bilbao son hombres, pero año tras año, el número de mujeres va aumentando. Es lo que explicaba Mari Carmen de Orduña: "Ahora se ven bastantes mujeres. Cuando yo era joven y empezaba hace veintitantos años, no había casi". Mari Carmen disfrutó de lo lindo, pero tuvo que reconocer una pequeña trampa: "Ha sido muy bonita la primer parte. He madrugado, precisamente, para disfrutar de la mañana. Pero luego ha empezado a llover y Mari Carmen, que tiene 70 años, ha dicho que ya le vale. He cogido el autobús en Mungia y me he venido aquí. Es la primera vez que creo que he hecho trampa. ¡He hecho más de 60 kilómetros! Normalmente no es mi forma de andar, pero estamos en la fiesta de la bicicleta y lo importante es participar y estar".
el futuro del cicloturismo Que una serpiente multicolor de bicicletas inunde el centro de Bilbao deja claro que el cicloturismo está muy vivo en Bizkaia. Eso lo sabe muy bien Agustín Ruiz, el presidente de la Federación Vizcaina de Ciclismo, quien es consciente de que pruebas como la de ayer, que organizó la empresa BideBike, han sabido captar un sector del ciclismo que quedaba un tanto huérfano: "Son marchas ciclistas casi de carácter popular y eso es bueno para el ciclismo. A una Federación le interesa que haya más gente federada, pero es lo que se lleva en los últimos tiempos: el deporte para todos. La Federación tiene que empezar a preocuparse por ampliar su espectro ciclista a los niveles del deporte popular. Hay que procurar que la Federación cale entre los ciclistas organizando cosas de este nivel con carácter popular. Así atraeremos a la gente a la idea de que federado se está mucho mejor".
La Federación Vizcaina cuenta ahora mismo con algo más de 2.300 cicloturistas federados, una cifra irrisoria si se tiene en cuenta los casi 6.000 que ayer se citaron en una Bilbao-Bilbao que pasaba por ser de las de menos participantes de los últimos años. "Los 2.300 federados no son más que el 15-20% de los cicloturistas que estimamos que hay en Bizkaia", apunta Agustín Ruiz, "eso no es nada. Además hay mucha gente que practica BTT y que está mucho menos controlada".
Hay muchos motivos por los que coger la bicicleta: por pasión por los pedales, por el simple hecho de dar un paseo o por la necesidad de buscar sus límites. Pero pocos son los que se deciden por adherirse a la Federación y aprovecharse de sus ventajas. "Hay que reconocer que para la Federación supone unos ingresos que la gente se federe. Pero si tienes la licencia, te permite salir y participar en marchas sin un sobrecoste, tiene un seguro bastante bueno y sabes que estás colaborando con el ciclismo de base y e competición de los chavales", explica el presidente. Son 88 euros anuales los que dan esos privilegios. Pero dan más. Hacen más visible al ciclismo, le dan más peso a todo un movimiento que no hace más que crecer pero que a la vez demanda sus derechos ante el resto de la sociedad.