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Herrero se resiste

El corredor de Rekalde se recupera de una tendinitis y sopesa dar continuidad a su carrera profesional en la pista

Herrero se resisteFoto: Oskar Martínez

Bilbao

Amí no me hagas uno de esos textos de difuntos, ¿eh? A mí no me entierres todavía".

Desde hace tres semanas, David Herrero (Bilbao, 1979) vive en Barcelona. Se ha instalado en casa de su hermana para estar más cerca del Cerede, Clínica Especialista en Rehabilitación Deportiva, de José Manuel Sánchez, gurú de la fisioterapia deportiva, asesor-rehabilitador externo de equipos de fútbol como Milan, Oporto o Atlético de Madrid, y recuperador deportivo de jugadores del Barcelona, Espanyol, Getafe, Lleida, Hércules o Levante, además de atletas de alto nivel. Es también Sánchez el ideólogo de la electrólisis percutánea intratisular (EPI), una técnica vanguardista destinada a tratar las tendinopatías crónicas y tejidos blandos del aparato locomotor en la que el ciclista bilbaino ha encontrado el remedio a sus males. Porque es una tendinitis en su rodilla la que le lastra desde el pasado agosto, forzó su retirada en la Vuelta a Portugal y desbarató sus planes de cara a la Vuelta a España que con tanta dedicación y minuciosidad había preparado. No fue tanto por la semana en la que tuvo que guardar reposo, sino porque al volver a la carga habitual de trabajo, la rodilla se le volvió a agrietar y le tuvo media Vuelta flirteando con el abandono, pese a lo cual fue segundo en la etapa de Córdoba que ganó el portentoso Lars Boom. Resistió, pero en Madrid comprobó que su tendón estaba trizado, así que no le quedó otra que clausurar la temporada para someterse a un pausado tratamiento tradicional basado en sesiones de hielo y calor, masaje, antiinflamatorios… No funcionó.

"Por eso decidí acudir a la clínica de José Manuel Sánchez", explica Herrero, que habla con admiración de una técnica que mediante una descarga eléctrica dirigida a la zona del tendón acelera de manera increíble el proceso de recuperación. "Es porque es una técnica invasora. Llevo tres semanas con el tratamiento, con sesiones tres días por semana, y ya me encuentro mucho mejor. Veo que avanzo. He recuperado de manera impresionante y progreso con los ejercicios de rehabilitación que hago en la misma clínica", sostiene.

¿Pero para qué necesita Herrero someterse a un tratamiento tan sofisticado para recuperar su rodilla si todos sus esfuerzos por encontrar hueco en un equipo han sido baldíos y bien entrado febrero, con la temporada ya comenzada, ni posee un dorsal profesional ni esperanzas, ninguna, de poseerlo? "Primero", responde con seriedad, "porque es bueno para mi salud. No quiero estar medio cojo por este problema, ya que siempre he sido una persona a la que le ha gustado hacer deporte. Disfruto con ello, y puedo hacerlo pese a que no sea corriendo en un equipo profesional como he hecho hasta ahora", dice el que hasta este 2010 era, junto a Igor Astarloa, el ciclista vasco en activo con más victorias, ya que amasaba trece, entre ellas una etapa de la Vuelta al País Vasco de 2007, y la última, el pasado 19 de julio, cuando se impuso en una etapa de la Vuelta a la Comunidad de Madrid, saliendo así de un periodo de incertidumbre que se alargaba desde que cayera en la última etapa en línea de la Vuelta al País Vasco de 2007 y se astillara la cadera.

¿Londres 2012? Bajo el razonamiento tan elemental que expone Herrero, subyacería otro de mayor tonelaje y que requiere una pronta recuperación de sus facultades físicas para volver a exigirse lo máximo. Sopesa el vizcaino dar continuidad a su trayectoria ciclista en la pista, pese a que ésta es una modalidad del ciclismo que nunca ha practicado, al menos en competición, aunque durante la pasada temporada se ejercitaba en el velódromo haciendo trasmoto. "Puede ser una buena idea y, sobre todo, no pierdo nada por probarlo".

"No creo que David tenga problemas de adaptación a la pista", explica Jon Iriberri, seleccionador estatal de pista, ex preparador de Herrero y la persona que le ha animado a probar en el anillo. "En sus años de profesional ha demostrado ser un ciclista habilidoso, de los que dominaban la bicicleta subiéndose a las aceras y no sé cuántas cosas más. Además, es un corredor versátil", explica el técnico, quien en un barrido inicial, nada estricto ni concreto, solapa las cualidades de Herrero a las pruebas contrarreloj, sobre todo la de cuatro kilómetros, o la persecución olímpica, aunque para esta última tendría que depurar su técnica en el anillo, y rechaza, de momento, las modalidades que se practican en grupo, más complejas y en las que la experiencia vale tanto o más que la fortaleza física.

También pesa más, "mucho más", advierte Iriberri, "la actitud que la aptitud" para que la transición se consume con éxito. "Para ser corredor de pista hace falta tener ganas. Eso es indispensable. Las aptitudes psicológicas son fundamentales en un deporte, el de la pista, que puede que no lo parezca, pero resulta extremadamente exigente. Más que la carretera. Aquí se funciona con el reloj, se exige exactitud y presteza, y los esfuerzos son casi siempre maximales. Se trabaja en el límite, en el filo del cuchillo", apunta el seleccionador, que emplaza a Herrero a septiembre, a los Campeonatos de España, para ganarse una plaza para el Mundial, la verdadera cumbre del ciclista de pista durante la temporada. Los Juegos Olímpicos, en cambio, son el sueño impronunciable.

"No, no me planteo algo tan ambicioso y que está tan lejos cuando ni siquiera he probado en el velódromo", rechaza el de Rekalde, quien se someterá al veredicto del anillo junto a Iriberri en cuanto se recupere de su tendinitis en la rodilla. "De todas formas, lo de Londres 2012 puede ser un objetivo si veo que marcho bien", dice Herrero, cuya motivación, como exige Iriberri, no se ha visto resquebrajada pese a su precipitada salida del ciclismo profesional, o, precisamente por ello, mantiene la tensión emocional, pues no ha llegado a interiorizar el momento del final. "Sé que a todo el mundo le llega, pero yo no lo he sentido aún. No ha habido un momento en el que diga "se acabó", sino que han sido las circunstancias las que me han apartado". Pese a ellas, se resiste Herrero a su sepultura ciclista.