Elegir el nombre de un hijo es una de las decisiones más significativas que enfrentan los padres. Esta elección no solo tiene un peso emocional y simbólico, sino que también definirá, en cierta medida, la identidad del menor durante toda su vida. En el Estado, aunque existe una amplia libertad para escoger nombres, esta no es absoluta. El Registro Civil establece una serie de restricciones que impiden inscribir ciertos nombres considerados inadecuados, ofensivos o que puedan causar perjuicio a quien los lleve. Estas normas tienen como objetivo proteger la dignidad, la integridad y la claridad jurídica en la identificación del menor.

A continuación, repasamos los criterios que establece la legislación para prohibir determinados nombres y los ejemplos más curiosos que ilustran estas limitaciones.

1. Nombres ofensivos o denigrantes

Uno de los principales motivos por los que un nombre puede ser rechazado es su connotación negativa. La ley impide registrar nombres que puedan atentar contra la dignidad del menor o que resulten motivo de burla, humillación o escarnio.

Por ejemplo, nombres como Hitler, Osama Bin Laden, Judas, Loco, Caca, Tonto o Engendro están expresamente prohibidos. La intención es evitar que el menor sufra rechazo social o acoso por llevar un nombre con connotaciones históricas, políticas o morales negativas.

Bebé recién nacido. Freepik

2. Nombres de marcas, objetos o frutas

Tampoco está permitido usar como nombre de pila sustantivos que pertenezcan a otras categorías del lenguaje, como marcas comerciales (Chanel, Adidas, Fendi), nombres de frutas (Mandarina, Limón, Melocotón) o incluso ciudades y países (Tokio, Milán, Italia). La normativa considera que estos términos no constituyen nombres propios y que su uso podría deshumanizar o ridiculizar al menor.

3. Nombres completos de personas famosas

Otra limitación importante es la prohibición de utilizar el nombre completo de personajes célebres, ya sean reales o ficticios. Así, nombres como Rafa Nadal, Indiana Jones, Freddie Mercury o Iker Casillas no pueden ser inscritos en su forma completa.

No obstante, si el nombre elegido coincide de manera parcial con el de una figura pública, y el apellido forma parte del linaje familiar, sí puede ser aceptado. Por ejemplo, si el padre se apellida Casillas, puede llamar a su hijo Iker, pero no Iker Casillas en su totalidad si no corresponde con los apellidos reales.

4. Repetición entre hermanos y traducciones

El artículo 51 de la Ley del Registro Civil establece que no se puede imponer a un hijo el mismo nombre que ya tenga uno de sus hermanos, incluso si se trata de una traducción a otro idioma. Esta medida busca evitar confusiones administrativas, legales o cotidianas. La única excepción permitida es si el hermano anterior con ese nombre ha fallecido.

El artículo 51 de la Ley del Registro Civil establece que no se puede imponer a un hijo el mismo nombre que ya tenga uno de sus hermanos. Freepik

5. Nombres que generan ambigüedad de género

Aunque los nombres unisex son cada vez más populares en distintas culturas, en el Estado se prohíben aquellos que puedan inducir a error sobre el sexo del menor. Por ejemplo, no se puede registrar a una niña con el nombre Unai ni a un niño como Ane. El objetivo es garantizar una clara identificación legal y evitar malentendidos relacionados con el género de la persona.

6. Prohibición de diminutivos y acrónimos

Nombres cariñosos o informales como Carlitos, Pedrito o Manolito no están permitidos como nombres legales, al considerarse diminutivos. Sin embargo, hay algunas excepciones históricas que sí se aceptan, como Pepe o Lola. Igualmente, el uso de acrónimos como JAM (por Jose Antonio Manuel) tampoco se permite.

7. Número máximo de nombres permitidos

La normativa también limita la cantidad de nombres que pueden registrarse. Se permite un máximo de dos nombres simples o un nombre compuesto (como Juan Carlos o Ana María). No está permitido inscribir combinaciones más largas, como Francisco José Javier o Ana María Luisa.

Muchos padres encuentran útil hacer una lista con sus nombres favoritos y dejar que pase un tiempo antes de tomar la decisión definitiva. Freepik

Cómo elegir el mejor nombre para tu hijo

A la hora de elegir un nombre bonito para tu hijo, lo más importante es que te transmita algo especial. Puedes inspirarte en nombres que tengan un significado positivo, estén ligados a la naturaleza, la literatura, o formen parte de tu cultura o historia familiar. También es útil pensar en cómo suena el nombre en conjunto con los apellidos: un nombre fluido y equilibrado siempre gana fuerza.

Muchos padres encuentran útil hacer una lista con sus nombres favoritos y dejar que pase un tiempo antes de tomar la decisión definitiva. Así podrás ver cuáles resisten el paso de los días y siguen gustándote igual o más. También puedes decirlos en voz alta, escribirlos, o imaginar cómo sonarán en distintas etapas de la vida del niño, desde su infancia hasta la adultez.

Por último, no tengas miedo de salirte de las modas si el nombre que te gusta no es el más popular. Lo importante es que tenga sentido para ti, que lo pronuncies con ilusión y que sientas que estás dando a tu hijo un regalo con identidad propia. Elegir un nombre es un acto de amor, y eso es lo que más peso tiene en la decisión.