En el Reino Unido, una madre soltera ha generado un intenso debate tras decidir llevar a sus cinco hijos de vacaciones a Benidorm en plena temporada escolar, desafiando las leyes que exigen la asistencia obligatoria de los menores a clase.

Leanne Bray, madre de cinco niños, entre ellos algunos con necesidades especiales, optó por priorizar el tiempo en familia y las ventajas económicas de viajar fuera de temporada alta, aunque esto le podría acarrear una cuantiosa multa. Este incidente ha puesto de nuevo en el centro de la discusión pública las normativas sobre absentismo escolar y las circunstancias familiares que podrían justificar excepciones.

Lo que le ha ocurrido a esta madre

Leanne Bray, residente en el Reino Unido y madre soltera, decidió sacar a sus cinco hijos del colegio para disfrutar de unas vacaciones en Benidorm. Esta acción, que para muchas familias podría ser una decisión práctica y hasta común, tiene consecuencias legales en su país, donde la asistencia a clase es obligatoria salvo en casos excepcionales. Las autoridades británicas imponen multas por absentismo no justificado, que pueden ascender hasta las 2.500 libras esterlinas por cada progenitor y, en casos más graves, pueden derivar en medidas judiciales más severas.

Bray, consciente de las posibles sanciones, defiende su elección argumentando que sus hijos, algunos diagnosticados con autismo y TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), se benefician más de las experiencias familiares que de permanecer en el aula. Según su testimonio, recogido por el medio Birmingham Live, considera que este tipo de viajes les brinda una forma de aprendizaje alternativa, ya que sus hijos entran en contacto con nuevas culturas, idiomas y conocimientos prácticos que, en su opinión, tienen un valor educativo que trasciende las aulas tradicionales.

Además, Bray subraya que viajar durante el curso escolar le permite acceder a precios mucho más asequibles. Las familias suelen enfrentarse a tarifas exorbitantes en los periodos de vacaciones oficiales, lo que hace que muchos se vean obligados a elegir entre pagar grandes cantidades o enfrentarse a sanciones legales por retirar a los niños de clase en épocas lectivas. Para Bray, la opción estaba clara: el bienestar emocional y las experiencias enriquecedoras de sus hijos valen más que los días perdidos en el colegio.

Padre con sus hijos en la playa Pixabay

¿Está permitido en Euskadi?

El caso de Leanne Bray no solo ha generado un debate en el Reino Unido, sino que también invita a reflexionar sobre cómo se gestionan este tipo de situaciones en otros países. En el contexto de Euskadi, la legislación en torno a la asistencia escolar también establece normas claras. En Euskadi, como en el resto del Estado, la asistencia escolar es obligatoria para los niños entre los seis y los dieciséis años, conforme a lo establecido en la Ley Orgánica de Educación.

Sin embargo, existen algunas excepciones a esta obligatoriedad, aunque son limitadas. Las ausencias justificadas pueden incluir motivos de salud, situaciones familiares excepcionales o, en algunos casos, actividades extracurriculares de carácter formativo. Las vacaciones familiares fuera del calendario escolar, como las que ha tomado Bray, no estarían contempladas como una excepción válida en Euskadi, al igual que ocurre en el Reino Unido. Las familias que deciden llevar a sus hijos de vacaciones durante el curso se enfrentan a la posibilidad de sanciones si no cuentan con una justificación formal.

En el Estado, aunque las multas no suelen ser tan elevadas como en el Reino Unido, los centros educativos están obligados a informar de las faltas reiteradas de los alumnos a la inspección educativa, que puede iniciar procedimientos sancionadores. Estos pueden ir desde advertencias hasta la imposición de sanciones económicas a los padres, dependiendo de la gravedad de las ausencias y de si existe reincidencia. Además, en situaciones extremas, las autoridades pueden tomar medidas adicionales si consideran que la ausencia escolar afecta al derecho a la educación de los menores.

Niños en la vuelta al cole EFE

Un debate en torno a la flexibilidad escolar

El caso de Leanne Bray no es un hecho aislado, sino que refleja una problemática más amplia a la que se enfrentan muchas familias. Los elevados costes de viajar durante las vacaciones oficiales, sumados a las exigencias de un sistema educativo rígido en cuanto a asistencia, generan tensiones entre los padres y las instituciones educativas.

Mientras que algunos defienden la educación formal como una prioridad innegociable, otros, como Bray, consideran que las experiencias familiares y el aprendizaje fuera del aula también tienen un valor fundamental en el desarrollo de los niños.