El teatro Campos Elíseos acoge un recital homenaje al tenor Santos Ariño
El acto se desarrolla en el 40 aniversario de su trayectoria en el ‘bell canto’
La suya es una voz de largo aliento que conquista. La suya, quiero decir, es la de Santos Ariño, el tenor que suma ya más de cuatro décadas sobre el escenario y al que ayer homenajearon en el teatro Campos Elíseos con un recital -concierto homenaje, lo llamaron...- que celebra sus 40 años en el bell canto. Aquel niño que vino de Caracas a Algorta y se forjó entre su madre y el conservatorio superior de música de Burdeos perfeccionó su técnica de canto con el barítono Gino Bechi en Florencia y su repertorio con Ettore Campogalliani, maestro del gigantesco Lucciano Pavarotti.
Fue el propio Santos quien ayer tomó las riendas del concierto, abriéndolo con el aria O Carlo Ascolta, de la ópera Don Carlo, de Giuseppe Verdi. A medida que la tarde iba cogiendo vuelo, se sumaron al concierto las voces de Andeka Gorrotxategi, Svetla Krasteva (era todo un espectáculo escuchar cómo calentaba la voz en el camerino...). Patricia Sésar, Carlos Álvarez y Sabina Puértolas, apoyándose con las armonías del piano de Georgina Barrios y Miquel Ortega, habida cuenta que la tercera pianista anunciada, Itziar Barredo, no pudo participar. La compañera de vida de Santos, Carmen Aparicio les alentaba en las entrecajas.
A la cita con ese intenso mundo acudieron, ya en patio de butacas, los tenores Martín Barcelona y el tinerfeño Jorge de Leon, protagonista estos días de Adriana Lecouvreur en Bilbao; Isabel Cuevas, la mezzosoprano Anna Gama, Ramón Gaztelurrutia, Jorge Izquierdo, Begoña Garay, Cristina Muñoz, Ana Jaurgibeitia, Jon Etxebarria, Carmen Garate, Miguel Gandia, Teresa Martín, Mentxu Espina, Imanol Zarandona, Karmele Ortega, acompañada por José María Hernández, José Luis Martínez, Francis Gorostiaga, Nekane Etxebarria, Patricia Meléndez, Gloria Igartua, María Jesús Bengoetxea, María Azkarate, José Luis Martínez, María Ángeles Bilbao, Ane Bellido, Mikel García y un buen puñado de gente que admiran a Santos de tiempo atrás.
