Cuenta Wikipedia, dicho sea con permiso de Diderot y demás enciclopedistas de la Ilustración francesa, que el Día de Darwin es una celebración instituida para conmemorar el aniversario del nacimiento de Charles Darwin, el 12 de febrero de 1809. Su objetivo es inspirar a la población mundial para la reflexión y la acción en los principios de coraje intelectual, curiosidad perpetua, pensamiento científico y hambre por la verdad, tal como los personificó el propio naturalista inglés.
Al parecer el primer apoyo del evento surge de asociaciones de librepensadores, organizaciones humanistas y la Fundación por la Libertad Religiosa. El Center for Inquiry y la American Humanist Associationen Estados Unidos, así como la British Humanist Association, en Reino Unido, han ayudado a difundir el Día de Darwin. En 1999, la Campus Freethought Alliance y la Alianza de las Sociedades Humanistas Laicas comenzaron a promover el Día de Darwin entre sus miembros.
Les pongo en antecedentes para contarles que la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU que hoy dirigen, se diría que a cuatro manos, Iker Badiola y Uxune Martínez; la biblioteca de Bidebarrieta, tierra que gobierna Begoña Morán, y el Círculo Escéptico, ayer representado por César Higuero comenzaron a celebrar esta efeméride a partir de 2007, sin que se les apague jamás desde entonces el fuego de esta hoguera científica. Ayer volvieron a hacerlo con un par de conferencias pronunciadas en Bidebarrieta. Los conferenciantes fueron Conchi de la Rúa Vaca, catedrática de Antropología Biológica de la UPV/EHU; Ignacio Martínez Mendizabal, catedrático de Antropología Física, y Mercedes Conde Velasco, doctora en Antropología Física, ambos de la Universidad de Alcalá. El ya citado César, del Círculo Escéptico, fue el encargado de las presentaciones a un auditorio que estaba abarrotado. No quedó una sola butaca libre.
¿Qué pasó cuando el homo sapiens llegó a Eurasia y se encontró con otras especies...? Esa es la pregunta que lanzó Conchi de la Rúa en su conferencia titulada La huella de especies humanas del pasado en nuestro genoma. Habló sobre el estudio del ADN fósil –Paleogenómica, dicho sea en los laboratorios...–, que ha permitido conocer que en el pasado existieron encuentros entre especies humanas diferentes que pudieron convivir juntas. Así, podemos saber que los neandertales o denisovanos convivieron con los primeros sapiens que llegaron a Eurasia hace unos 40.000 mil años, procedentes de sucesivas oleadas desde África, y que hubo intercambios genéticos entre ellos.
En la segunda charla, bajo el título El primate altruista, Ignacio Martínez y Mercedes Conde, investigador e investigadora de la Universidad de Alcalá, abordaron una de las cuestiones más debatidas en Biología evolutiva, el origen del altruismo. Según parece, su origen está directamente relacionado con el de los cuidados a personas vulnerables. Así se deduce del estudio de los fósiles humanos aparecidos en los yacimientos de Atapuerca (Burgos) y Cova Negra (Valencia).
Testigos de todo cuanto les cuento fueron el consejero de Ciencias, Universidades e Innovación, Juan Ignacio Pérez Iglesias, impulsor de esta celebración, Itziar Laka, Guillermo Quindós, Luisa Idoate, Juanma Sancho, Iker Rawlins, cuya presencia aporta un toque cosmopolita a la cita, Zihortza Gezuraga, María Larumbe, Josune Velasco, Henar Astorga, Maite Valverde, Yolanda García, María José Ortega, Gorka Guinea, José Luis Fernández, Matxalen Agirre, los jóvenes Noel Cruces y Nathan Rodríguez, Javier Benítez, José Luis Bilbao, María Ángeles Etxebarria, Gotzone Murua, María Luisa Hernández, Begoña Sánchez, José Antonio Madariaga, María Negueruela y toda corte de gente interesada en los asuntos.