¿Es el viaje más importante de la vida? ¡Quién lo sabe! Esa es la pregunta que flotaba ayer en el aire de la sala número 7 de los cines Golem de Azkuna Zentroa donde se proyectó el documental El eco, una obra de la realizadora mexicana Tatiana Huezo, presente en la proyección habida cuenta que se presentó la obra en el formato especial de cinefórum. No era una obra cualquiera. No en vano, Tatiana recibió el premio a la mejor directora y al mejor documental en el Festival Internacional de Cine de Berlín, 2023, la Berlinale.

La historia sobrecoge, créanme. En un remoto pueblo fuera del tiempo llamado El Eco, los niños cuidan de las ovejas y de sus abuelos. Mientras el invierno y la sequía azotan el lugar, ellos aprenden con cada acto, palabra y silencio de sus padres a entender la muerte, el trabajo y el amor. Una historia sobre el eco de las cosas que se adhieren al alma, sobre la certeza del cobijo que podemos encontrar junto a los que nos rodean, sobre la rebeldía y el vértigo frente a la vida. Sobre crecer. ¿Un viaje de aprendizaje?, les preguntaba.

A la cita, presentada en una sesión especial de cinefórum, acudió la realizadora mexicana Tatiana Huezo

La música y el sonido, que tanto pesan en la obra, están en manos de los músicos Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman, y los técnicos de sonido Martin de Torcy, Lena Esquenazi, Jaime Baksht y Michellee Couttolenc. Todo ello se envuelve en la extraordinaria fotografía de Ernesto Pardo y las no menos fabulosas interpretaciones de Montserrat Hernández Hernández, María de los Ángeles Pacheco Tapia, Luz María Vázquez González, Sarahí Rojas Hernández y William Antonio Vázquez González. Junto a Tatiana impulsó la producción de esta obra Dalia Reyes.

En la mirada del documental El eco, son los niños y jóvenes quienes despliegan emociones primigenias, al tiempo que el ciclo de la vida va marcando los momentos para crecer, aprender, tomar decisiones o partir. En su nuevo trabajo, Tatiana experimenta con temas y tratamientos inéditos en su filmografía. Consigue un ejercicio inmersivo de espacios y emociones que se manifiestan entre el acecho de las tormentas, la sabiduría de la tierra, los juegos y los enigmas de los niños. El Eco formó parte de la sección Encounters del 73° Festival Internacional de Cine de Berlín, participó en la sección de Documental Mexicano del 21° Festival Internacional de Cine de Morelia. Como ven, la obra tiene su peso entre quienes la ven.

Durante los cuatro años que le llevó realizar El Eco, Huezo tuvo que dejar por un tiempo el proyecto, ya que se le presentó la oportunidad de realizar la película de ficción Noche de fuego, ganadora del premio Un Certain Regard en Cannes, así como otros tres reconocimientos en el Festival de Cine de San Sebastián. Se trata, pues, de una directora con voz propia y singular.

Ayer aguardaba en la penumbra de la sala 7 a la espera de que alguien se fotografiase con ella. Había venido sola al cinefórum. Lo hicieron Oihane Ruiz y la pequeña María Ruiz, con Roberto González y el pequeño Teno Ruiz esperándoles. A la cina no faltaron Javier Muguruza, Mikel Mesanza, Mari Carmen Iturriaga, quien aseguraba conocer La Tempestad, un trabajo anterior de la autora; Mikele Landa, Asier Fernández, Aitor Hernández, Juan Carlos Soto, Miren Etxebarria, Imanol Baranka, Amaia Gorostizaga, Txema Arribas, Gurutz Sainz, Aitziber Ormazabal, Beatriz Alonso, Maite Casquero, Arantza Iriarte, Amparo Iriarte, Asun Uriarte, José María Olabarria y un puñadito de pocas personas más que acudieron a presenciar una obra de la que su autora piensa que es una cinta que retrata la intimidad de gente con una fuerza extraordinaria; que trabaja desde muchos frentes para que la vida florezca. Es una película que tiene mucha luz. Tiene fuerza, luminosidad y que eso también nos pertenece. Fue, ya les digo, una delicatessen para los primeros saboreos de septiembre.