Bilbao da para todo. Y la jornada de ayer fue una buena prueba de ello. El Arenal, hasta arriba con el festival de blues tañendo guitarras, soplando armónicas y desgarrando voces desde el gran escenario negro pegado a esa ría que ya suena como si naciera en una cascada de Memphis. En la plaza de Unamuno, un malabarista anónimo rendía tributo a su oficio con tal de llegara a fin de mes. Y el personal sentado en las Calzadas lanzaba ohoos y aplaudía.
San Francisco, cortada por las fiestas de Bilbao la Vieja, lucía ambientazo bajo las banderitas de papel.
Y por la calle de Don Claudio Gallastegi subía una densa procesión de parejas de mediana edad, familias, grupos de amigos y, sobre todo, de amigas. Mucho casual friday y un aire a ópera desenfadada.
El turinés Ludovico Einaudi ofrecía la renovada puesta a punto de su álbum In a Time Lapse. Le acompañaban Federico Mecozzi, violín y viola; Redi Hasa, violonchelo y violonchelo eléctrico; Rocco Nigro, acordeón; Alberto Fabris, bajo eléctrico y sintetizado; Sebastiano De Gennaro, percusión; Gianluca Mancini, electrónica en vivo; y Francesco Arcuri, varios instrumentos.
Einaudi, de formación clásica, transitó al minimalismo y después rompió el techo de cristal de la música culta con las bandas sonoras de las multipremiadas películas Intocable y Nomadland. Aunque su trabajo transciende a esta descripción. Además de composiciones para música de cámara, teatro y danza, ha publicado cerca de 25 discos y creado otras tantas bandas sonoras. Ahora, a sus 67 años, está de gira. Tras Bilbao, pasará por Orange, Airola, Chomutov, Estambul, Atenas...
Einaudi levanta pasiones, aunque contenidas. En las repletas terrazas de los bares cercanos al Bilbao Arena no se escuchaba una voz más alta que la otra. Y era muy leve el murmullo que levantaba el gentío que formaba ordenadas colas. Aunque el piano de Einaudi debe tener algo. Joana González, por ejemplo, se acercó desde Gijón al concierto; le acompañaban Asun Manzano, Capilla de la Rosa y Araiz López de Subijana, que vive en Holanda y ya había visto al músico en concierto. De Santander llegaron Amparo Cabeza, Arancha de Vicente y Mar Gilabert, que se retrataban junto al cartel anunciador del evento. Joseba Aguirre, que se reconoció muy fan, había invitado a Ibone Estébanez y Patxi y Nerea Layuno, también seguidores del músico italiano, quien, por cierto, suma casi un millón de seguidores en Instagram con solo 250 publicaciones. Sin ir más lejos, Laura Peña, Montse Sainz de la Maza y Esther Fernández siguen a Einaudi en las redes y le consideran “super-inspirador”, en especial Esther, que quiso verle en el festival Pirineos Sur, pero se agotaron las entradas. Andrea Macho, Juncal Bea y Esther González se confesaron musicalmente enamoradas. Incluso el exrojiblanco Ustariz Aldekoatalora se cuenta entre quienes sienten devoción por Einaudi.