La soprano barakaldarra de 22 años Janire Benito estaba nerviosa minutos antes del recital. Y eso que no sabía que le iban a regalar un ramo de flores. Ni que la alcaldesa de Barakaldo, Amaia del Campo, iba a encontrarse entre sus escuchas, ahí, atenta en primera fila.

Janire ha cantado en una zarzuela y en fiestas el año pasado. Quiere dedicarse a la música y, además, toca el violín y el piano. El ramo se lo llevaba su padre, Francisco Javier Benito, a quien acompañaba Yerai Álvarez, no el central del Athletic, sino el chico de Janire, aparentemente devoto del rock fuertecillo, aunque reconoció que lo lírico también le va. A la mítica banda de rock alemana Scorpions le pasaba exactamente lo mismo. Yerai, Francisco Javier y Agurtzane Freire, madre de la cantante, escondieron el ramo hasta el final. Resultaba fácil escamotear algo ayer en el auditorio del espectacular centro cívico Clara Campoamor. Se llenó. Una hora antes del inicio del recital ya se había formado una buena cola. El Clara Campoamor ofrece un gran regalo a quienes asisten a espectáculos: el lugar reservado a la espera es la sala de exposiciones, que hasta el 26 de agosto muestra la más que interesante obra plástica de la trapagarandarra Nekane Manrique.

En el recital en el que tomaba parte Janire, cantaba la Coral Amanecer de la Casa Palentina de Barakaldo, además del tenor local y director de la misma coral, Iker Freire, y el barítono asturiano Javier Mejuto. La coral abordó un programa variado con temas populares como Cuando calienta el sol, lanzado a las ondas en los años 60 por los Hermanos Rigual y muy apropiado para el día de ayer. Mejuto interpretó con mucho acierto parte del repertorio más conocido de Nino Bravo. Y todos los participantes rindieron homenaje musical a las víctimas de la violencia machista.

Se sentaron con la alcaldesa del Campo, Nerea Cantero, concejala de Cultura, Educación, Euskera, Juventud y Prevención de Adicciones; Iratxe Foces, concejala de Economía, Hacienda y Patrimonio; y Carlos Fernández, portavoz municipal del grupo socialista.

No faltó Andoni Paredes, presidente de la Casa Palentina de Barakaldo y de la Federación de Centros de Castilla y León en Euskadi, quien acudió con Loli García.

Disfrutaron de la gala y aplaudieron con entusiasmo Fortu y Maribel Bustos, Aurora Oteo, Begoña Mellid, Manoli López, Raquel Rández, Ana Martín, Glori Romero, Marisol Jiménez, Reme Vargas, Tere Viciconti, Dori Fraile, Mari Cruz Camino, Félix Soto, Javier Vivian, Alicia Fernández, Esther Martínez, Francisco Gómez, Tomasa Arreta, Lorenza Malcuarto, Carmen Pérez, Marieli Hernando con la pequeña Ayala o Rafaela Martínez.

Entre las voces de la coral se contaban Ana Cristóbal, Elu Lorenzo, Carlos de la Herrán, Goyi Matabuena, Salva Fernández, Isabel Aparicio, Manoli Trazahedo, Margari Freire, Clemen Malmierca, Carmen Sancho, Pilar Vivian o María González.

Exitazo en un centro cívico que hace 18 años era poco más que un terraplén. Ahora, el edificio de reminiscencias brutalistas ofrece 10 aulas, una biblioteca y gimnasio, además del auditorio y la sala de exposiciones. Dispone, por cierto, de personal competente sin cuya colaboración estas líneas hubieran resultado más complicadas de redactar. Emergen el hormigón y el cristal del Clara Campoamor en una ladera ajardinada poblada de robles, algún manzano y otras frondosas.

Muy cerca, con motivo de las fiestas del Carmen, una ruidosa función de teatro de calle. Y unos metros hacia el centro de Barakaldo, tremenda batucada atronando las aceras. Quien no supiera qué estaba pasando en el auditorio del centro cívico correría el riesgo de pensar que son malos tiempos para la lírica en la ciudad fabril, Y se equivocaría de medio a medio.