Desde hace cinco años cada mes de mayo se despierta una primavera negra en la Biblioteca foral de Bizkaia, un bosque de literatura noir que encandila a los amantes de este tipo de historias. La invoca, como un druida de las tierras de letras, Álex Oviedo, un hombre ligado a las letras. Este año ha organizado la Primavera Negra 2024-Udaberri Beltza dándole vez y voz cada martes de mes a cuatro plumas: las de Javier Otaola (La novela negra como una forma de teología secularizada), Luisa Etxenike (Caminos que se bifurcan. La aventura de un nuevo nombre y un nuevo género literario), Aritza Bergara (Nobela beltza gizarte-salaketarako tresna gisa) y Cristina Gumuzio (El lado criminal de la inteligencia artificial). Es una llamada a las negras nubes de la novela, algo muy admirado a los amantes de este tipo de literatura. No por nada Raymond Chandler, uno de sus dioses, dijo aquello de que “de todas las curiosidades humanas, la curiosidad de un hombre por lo que no puede comprender es quizás la más extraña y duradera”.
La conferencia de ayer le correspondió a Luisa Etxenike y todo discurrió entre curiosidades. Luisa Etxenike es Antonia Lassa, su heterónimo (esa creación de una identidad nueva era una costumbre habitual de Fernando Pessoa...), en la nueva novela Llevar en la piel. Antonia firma su primera novela como enóloga que vive en París y habla en francés. Así lo relató la propia Luisa en su charla. Llamó la atención a la concurrencia la historia. Esos eran, según la propia Luisa, los caminos que se bifrucan. Es la misma Luisa la que confiesa que tenía ganas de volar con alas nuevas. La aventura promete, es una de esas curiosidades de las que hablaba Raymond. Dejémosle recorrido. De momento, ayer Luisa se hizo Antonia. “Es un género literario nuevo”, comentó, desde la humildad, la propia Luisa. Como en las novelas negras más clásicas, bien pudiera decirse que la gente de al lado no tenía ni idea.
Testigos de todo esto fueron Juan Mari Barasorda, coordinador de los encuentros sobre género negro Bruma Negra en Plentzia desde 2014; Teresa Fernández de Viana, Estrella Crespo Ruesgas, Marina Ruiz, Jesús Rodríguez, Ana Muñoz, Jorge de Francisco, Rosa de Diego, Paulino Molpéceres, Carmen Atucha, Mercedes Mata, Chelo Martínez, Epifanía Cuesta y un puñadito de gente interesada en este tipo de literatura que acudieron a la segunda jornada de la quinta primavera negra. Fue todo un disfrute, aseguraron algunos de los presentes.
La pertinaz lluvia restó afluencia. Con todo, tampoco faltaron a la cita Isabel Gutiérrez, Maite del Vigo, Begoña Izquierdo o Carmen Momeñe entre otros. Luisa Etxenike, que fue premio Euskadi de Literatura en 2009 por la novela El ángulo ciego, ha firmado una larga y fecunda carrera como escritora. Ahora le abre paso a Antonia Lassa. Veremos hasta dónde llega pero lo que promete es mucho y bueno.