UN hombre de ciencia como Albert Einstein nos lo dijo tiempo atrás: la creatividad es la inteligencia, divirtiéndose. ¿Ser creativo es no aceptar nada de segunda mano...? Es posible. Incluso una idea manoseada como un billete de cinco euros puede ser creativa si le das un enésimo uso más reluciente. A menudo pensamos en la creatividad como una cualidad limitada a las artes, pero es un elemento necesario en todas las áreas de la vida. Sin ella no existirían, qué sé yo, las teorías matemáticas. Y fue la creatividad la que supo aprovechar la electricidad del rayo y luego utilizar esa electricidad para enviar mensajes a través de cables. ¡Quién sabe si se hubiera inventado la rueda o se hubiese domesticado el fuego sin su uso!

Les cuento todo esto ahora que se acaba de levantar el telón de la sala Cúpula del Teatro Campos Elíseos con ocasión de la celebración del 125º aniversario de SGAE. Es la Fundación SGAE la que organizó el foro El arte de la creatividad, un encuentro dedicado al desarrollo de las ideas aplicado a la responsabilidad social y la innovación en la generación de públicos. Referentes de la cultura y de la sociedad vasca como la escritora Karmele Jaio; Julian Iantzi, presentador de televisión; Loli García, secretaria general de Comisiones Obreras Euskadi (CCOO); Iñigo Alberdi, gerente de la Sociedad Coral de Bilbao; Beatriz Pomés, programadora del Teatro Real de Madrid, y Ane Legarreta, directora asistente de la ABAO, hablaron de lo suyo moderados por Begoña Marañón y María José Tomé. El encuentro, presentado por el autor y presidente del Consejo Territorial de SGAE en el País Vasco, Oskar Castaño, Garbitxu, concluyó con un cóctel y las ilustraciones musicales de Ibon DJ. Tanto lo profesional como lo ameno fueron muy celebrados.

Viajemos a finales del siglo XIX, cuando el sector musical y teatral en España estaba formado por tres grupos: los dueños de las salas en las que se interpretaban las obras, los autores y los intermediarios entre ambos, es decir, los editores. Estos últimos abusaban de su posición dominante mediante contratos de exclusividad con las salas, y ataban a los autores con préstamos a elevado interés sobre sus futuros derechos, además de comprometerles, no solo con las obras escritas, sino con el futuro por escribir.

Ante esta situación, el comediógrafo y periodista Sinesio Delgado y el compositor Ruperto Chapí, motivados por el reconocimiento nacional (Ley de Propiedad Intelectual española de 1879) e internacional de los derechos de autor (Berna 1886), siembran en los autores la idea de la independencia. El 16 de junio de 1899 fundan la Sociedad de Autores Españoles (SAE), junto a Miguel Ramos, José Francos, Tomás López, Carlos Arniches, Quinito Valverde, José López Silva, Eugenio Sellés, Eusebio Sierra y Vital Aza, que fue el primer presidente.

A la celebración de esta efeméride acudieron, además de los ya citados, Joseba Palacios, el músico Gontzal Mendibil; la cantante Malú Garay, a un paso de sacar nuevo disco; el rapero Betto Snay, Antonio Vega, Olga Baseras; el melómano Luis Ibáñez, acompañado por Teresa Querejazu, César Arroyo, Zaira Calleja, Borja Elorza, Brian Ullel, Mikel Mesanza, Iñigo Urrutia, Joannes Urkixo, Ángel García, Mari Carmen Ruiz y un puñado de gente interesada en conocer parte de la materia prima con la que relucen las buenas ideas.

El programa de mano de lo vivido ayer recuerda que el objetivo de  El arte de la creatividad era reunir una representación de profesionales de diversos ámbitos que, a partir de múltiples perspectivas, permitan analizar las posibilidades de un presente y un futuro compartido. Este proyecto forma parte de un amplio programa de actividades que SGAE ha organizado a lo largo de este año con motivo de su 125 cumpleaños. ¡Lo que nos espera!