Bilbao parecía ayer un extraño Masái-Mara. Ya saben, la gran reserva natural africana. Bastaría cambiar la ría del Nervión-Ibaizabal por el río Mara. Y funcionaría más o menos como les voy a contar.

Por los documentales sabemos que en esa zona de Kenia se cruzan las grandes migraciones. Se entremezclan las manadas de vistosas cebras, con los sufridos ñus y hasta los elefantes. Transitan ante la mirada pasmada de los antílopes.

Si cambiamos a los antílopes por residentes en Bilbao, encontramos dos comunidades migratorias con destinos diversos, mezcladas en estaciones, metro, tranvía y aceras.

Por un lado, las cuadrillas de blanco inmaculado, con pañuelico rojo al cuello y ganas de juerga tradicional pintadas en la frente, que marchaban hacia Iruñea. Abundantes. Homogéneas. Algunas con bombardinos, trombones de varas y trompetas en la mano. Gente peinada a raya y con sudadera en la mochila por si refresca.

Por otro lado, la gran migración de quienes buscan la música del BBK Live. Gente variopinta, con ganas de pasarlo bien, escuchar a sus grupos preferidos y disfrutar de Kobetamendi y Bilbao. Realizan una trashumancia interna durante el festival. Suben a Kobetas al atardecer. Bajan al llano al mediodía.

Y encuentran más conciertos. Completamente gratis. Ayer, sin ir más lejos, tocaban en el enorme descansillo de Isozaki Atea, a partir de las dos de la tarde, 31FAM y Saramalacara. Y, frente al Palacio de Justicia, más o menos a la misma hora, Derek V. Bulcke y Ciutat.

En El Arenal, a la sombra del arbolado, un buen número de festivaleras y festivaleros escuchaban a Hidrogenesse o esperaban a Los Fresones Rebeldes. Era el caso de Eduardo Sastre, Txaber Heredia, Marcos Blanco, Isaac Díez y Raúl; amigos de Madrid, A Coruña y Bilbao que aprovechan el BBK Live para quedar y verse.

Lo mismo sucedía con Angie de la Cruz, José Carballo, Marina de Andrés, Ana Izquierdo, Eduardo Fernández, Maka Sancho y Elvira Medcalf; Bilbao es su punto de encuentro, ya que una parte procede de Madrid y otra de Barcelona; muy a favor de los británicos The Chemical Brothers y encantados con la ciudad, siempre bajan a El Arenal.

Carlos Núñez, Mónica Pajarito, Carlos Ródenas, Sofía Garcelán, Llanos Gómez, María Gomís y Aitor Torres, procedían de una tierra de festivales, como es Valencia, y afirmaban que “el BBK Live es el mejor”.

El bilbaino residente en la ciudad condal Juanma Hidalgo, viene con los barceloneses Lucía Prieto, Ana Piñataro y Jordi Palomo desde 2011. Enamorados del botxo y del festival, deslizan un apunte crítico: “Últimamente meten demasiado trap y electrónica, somos más de guitarreo”.

Relax y buen rollo general. Hace calor. Suena la voz de Eva María González, de Los Fresones Rebeldes. Lloverá. Pero siempre sale el sol. Aquí y en Iruñea.