LA asociación de antiguos alumnos de la facultad de Derecho de la Universidad de Deusto (Deusto Law Alumni) logró ayer algo inédito: reunió a los actuales máximos responsables de las cuatro firmas de abogados que llevan los asuntos de la casi totalidad de las empresas que cotizan en el Ibex-35. Gentes de traje oscuro de corte impecable, corbata sin estridencias y camisa clara de esas con iniciales discretamente bordadas.

Moderados por la decana de la facultas de Derecho, Carmen Tomás, comenzaron a intercambiar reflexiones sobre temas candentes de la abogacía de empresa a las 18.00 y terminaron a las 20.00, media hora más tarde de lo previsto. Había interés entre las letradas y letrados del futuro por sacar todo el jugo posible a la ocasión. Y no es raro, porque los cuatro tardarán en volver a coincidir en un foro público. Se trataba de Fernando Vives Ruiz, presidente de Garrigues; Salvador Sánchez-Terán, socio director de Uría Menéndez; Javier Fontcuberta, director general de Cuatrecasas; e Iñigo Erlaiz, socio director de Gómez Acebo & Pombo. Los top. Y allí se presentaron, en carne mortal, sentados en la cabecera del coqueto paraninfo de Deusto.

Entre las cuatro firmas suman cerca de dos mil abogados y alcanzan una facturación próxima a los mil millones de euros.

Intercambiaron puntos de vista sobre la capacidad de la universidad para formar a los futuros profesionales, acerca del efecto disruptivo de la Inteligencia Artificial en la práctica de la abogacía y en la gestión de los despachos, sobre la posición competitiva de los abogados locales en el panorama internacional, o el papel de la abogacía en un contexto de crisis económica, así como acerca de la gestión de la diversidad o la retención del talento.

El cóctel posterior estaba preparado en el claustro de la universidad. Cayeron varias trombas de agua. Llovió como en el trópico. No afectó al servicio preparado, ni a las tres grandes palmeras que rodean al Sagrado Corazón de piedra que preside el elegante espacio. El techado translúcido ofició de bufete de abogados y protegió el coctel. Los breves diluvios sonaron como salvas de aplausos. Se mojó el resto del mundo.

Entre los asistentes al evento se contaban, etre otros, Jesús Riaño, director Alumni y Empleo de la Universidad de Deusto; Jon Salinas, councel de Uria y Melendez en Bilbao; Irantzu Irastorza, socia directora de Uria en Bilbao; Enara Venturini, vocal de la Autoridad Vasca de la Competencia; Enrique Lucas, director de la oficina de Pombo en Bilbao; el catedrático de Derecho Constitucional Santiago Larrazabal; o el profesor de Derecho Procesal Javier Larena.

De Deusto Alumni acudieron Mónica Achotegui, Ainhoa Honorato, Olatz Maruri, Inés de Diego, Izaskun Larburu, Joserra Albalá, Ramón Muñoz, Aránzazu Barranco, María de la Herrán, Itziar Mata o Belén Gandarias.

Se acercaron al paraninfo de la Universidad de Deusto abogados en ejercicio como Iñigo Velasco, Juan Yuste, Rodrigo Pérez, Carlos Nagore, Paola Hidalgo, Ángela Alonso, Nerea Díaz, Lorenzo Esteban, Marina Díez, Mónica Lasquibar, Raúl Vázquez, Ricardo Villanueva, Estela Bustamante, Olatz Ortega o Rebeca Larena.

Tampoco quisieron perderse el debate entre las cuatro figuras de la abogacía las estudiantes del doble grado de Derecho y Relaciones Internacionales Elena Arteaga, Mar Buigues y Ana Sofía Pérez.

Lo mismo cabe decir de alumnado de Derecho como Ximena Quispe, Irene Llarena, Pablo Maestro, Fernando García, Manez Ormaetxe, Koldo Intxausti, Ander Iraguen, Ane Álvarez, Aroa Montero, Alberto Ramírez, Javier Aranguren o Marta Vélez. O del doble grado de Derecho con Administración y Dirección de Empresas (ADE) como Iker Marcos, Asier Esandi, Aitor Mazariegos, Iara Hinojar o Aritz Llamosas.