ES el poderoso músculo que todo lo mueve, una fortaleza mayor que los bíceps de un quarterback del fútbol americano; un poder más grande que el del horno en el que se fraguan los volcanes de la tierra, un motor capaz de mover el mundo. Les hablo del corazón, el actor principal en los diferentes teatros de la vida. Su aparición es veloz como un rayo –veamos: 37 segundos, respiramos, bailamos nos regeneramos, el corazón nos late, la mente crea, el alma absorbe, 37 segundos bien utilizados son toda una vida...– y su grandeza es inolvidable. ¿No fue Gabriel García Márquez quien nos recordó que recordar es fácil para el que tiene memoria, pero olvidarse es difícil para quien tiene corazón...? Y ese Gabriel sabía mucho de la condición humana.
Permítanme esta reflexión ahora que acaban de entregarse, allá en la sala Bilborock junto a la ría, los Bihotza Sariak 2022, el reconocimiento de los medios de comunicación, con DEIA como protagonista de peso (el periódico estuvo ayer representado por su directora, Marta Martín, y por el director de Desarrollo, Ibon Mujika....), a las empresas y entidades que actúan con corazón a lo largo de toda una vida. Este año han decicido destacar once historias que laten con fuerza y demuestran que la acción social hermana a los pueblos, los cohesiona. De algo semejante llegaron a hablar las autoridades allí presentes, desde al alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, hasta Xabier Legarreta, director de la consejería de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, pasando por Maite Iturrate, diputada foral de Acción Social, y Borja Elorza, presidente de BilbaoHistoriko, la entidad que da cuerda al reloj de estos premios que jamás debiera atrasar.
Tras la hora de los discursos, el mediodía se lanzó a campo abierto. Momentos antes fueron llegando a la puerta de Bilborock hombres y mujeres hechos de buena pasta. Todo fueron saludos y emociones. Todo sonrisas. En sus corazones cabe la responsabilidad social, la solidaridad y la pasión por Bilbao y Bizkaia. El evento Bihotza Sariak es el único acto empresarial con gran proyección pública que se celebra en el entorno de los barrios de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala, y contribuye a la normalización de estos barrios históricos.
Con Koldo Campos a los mandos de un mediodía largo y emotivo la cosecha de historias fue fecunda. Así, la Asociación Clara Campoamor que preside Blanca Estrella Ruiz; el programa radiofónico de la Ser, El farol de la solidaridad, representado ayer por Azul Tejerina; Unicef, con Isidro Elezgarai a la cabeza; las buenas gentes ahormadas en los tornos de toda una vida al servicio como Miguel Ángel Fernandino y Boni García; el fantástico universo del Athletic Club Genuine, con la entrenadora Eli Ibarra a la cabeza; el trabajo a múltiples manos de Koopera, con Mari Luz Ferro, coordinadora general como voz cantante; la gente que hecha una mano en el comedor social de los Franciscanos de Iralabarri, con Itziar Rodriguez en representación del grupo de voluntarios; el despertar de la cerveza vasca La Salve, Eduardo Sainz Lekue director de la casa; el 20 aniversario de Kidenda, representado por Carmelo Corada, coordinador de Sensibilización, Comunicación y Voluntariado de Kidenda-Comercio Justo; y la Fundación Síndrome de Down, con su presidenta María Iturriaga al frente.
Testigos de todo ello fueron Tomás Ondarra, Jon Ruiz, Joserra Taranco, Amaia Goikoetxea, Maite Martínez, Iván Rodríguez, Amaia Arregi, Elsa Fuente, Begoña Castaño, Itziar Villamandos, Michel Guante, Iker Urkidi, Xabier Ochandiano, Itziar Urtasun, Carmen Muñoz, Nekane Alonso, Ana Vidal, Ignacio Aguirre, Óscar Seoane, Paco Alcolea, Janire Tordisco, Gonzalo Olabarria, Javier Gamboa, Roberto Urkitza, Iñigo Pombo, Arturo Trueba y un buen puñado de gente sensible.