SUCEDIÓ en el pasado agosto (el día 25 de aquel mes, por ser precisos con el calendario...), cuando Aste Nagusia hervía en la olla de las diversiones. Fue entonces cuando se produjo el divertido bombardeo, dicho sea en ese mismo tono de chanza. Todo sucedió en la txosna del Arenal, donde Moskotarrak Konpartsa asienta sus reales. Les hablo de un singular concurso, Manda huevos, con dos décadas ya de vida, que consiste en estampar un huevo (por el tema de la crisis este año se sustituyeron los egs por globos de agua) en el personaje que la gente considera más querido entre los tres preseleccionados, que este año fueron la actriz Itziar Ituño, la cantante de Zea Mays, Aiora Renteria, y el boxeador Kerman Lejarra. Hubo, vamos a decirlo ya, un total del 80 globazos que hicieron que Itziar, con 36, se alzara con la victoria frente a los 25 de Kerman y 19 de Aiora. Hay que recordar que en años anteriores, en el Antiguo testamento previo a la pandemia, este galardón recayó en personas populares de la talla de José Ángel Iribar, el periodista Iñaki López, o los televisivos Ramón García y Carlos Sobera entre otros muchos.

Ayer, en el templado y tibio otoño que hoy vivimos, los heraldos de Moskotarrak (pongamos en este caso a Jabi Romanos e Iñigo Burgo....)invocaron a Itziar al hotel Indautxu, donde Marta Gómez fue preparándolo todo para que la ceremonia de entrega del premio fluyese y luciese en la media tarde. ¿Cuál era el premio? La concesión de un Gigante de porcelana, el bien más preciado de la konpartsa, hecho a mano y en exclusiva para Moskotarrak por cerámicas Loitz (Alex González y Ángela Azkona al aparato en los tornos y ayer presentes en la celebración...), y del katilu de Moskotarrak, que en las primeras fiestas, allá por 1978, era la manera de beber de lo lindo en las txosnas durante Aste Nagusia.

No se le borró la sonrisa a Itziar en toda la tarde. Llegó al hotel acompañada por el también actor Asier Hormaza. Les recibieron la trinidad de Moskotarrak, formada por la presidenta de la konpartsa, Gloria Prieto, y los dos ángeles de la guarda insuperables, José Mari Amantes y Luis Ángel Castresana, moskotarrenses de pura cepa. Les esperaban Sendoa Alonso, Nahia Mebra, Gurutze Aurrekoetxea, Juan Alonso, María José Alonso y Resu Alonso, con el pequeño Izai Alonso, gente cercana a la celebración. No fueron los únicos. Hicieron lo propio Julio Conde, Begoña Pereda y el joven Ibai Conde. Todo fueron saludos, enhorabuenas y disfrutes.

¿Se acercó más gente? Por supuesto que sí. A la cita no faltaron Amancio Ortega (no, ése en el que usted está pensando, no...), Asun Muñoz, Javier Marín, Iñaki Pastora y Borja Etxebarria entre otros. Quizás quien no conozca este certamen agradezca la explicación. ¿Qué es Manda huevos? Nace a través de un concurso de ideas en Moskotarrak, donde la gente envía sus propuestas. La idea inicial era enviar esas ideas al Ayuntamiento para que desde allí se llevaran a cabo en siguientes ediciones de Aste Nagusia si era menester. Alguna de ellas (de la que hoy les hablo, sin ir más lejos...), por su idiosincrasia, quedaron en el ADN de Moskotarrak.

Mientras los asistentes a la ceremonia de entrega organizada por Moskotarrak disfrutaban del encuentro, llegó la noticia desde orillas del Cantábrico, allá en Romo. Abrió sus puertas de nuevo Gure Etxea, la vieja taberna que Joseba Irusta recogió de manos de sus padres para convertirla en uno de los grandes restaurantes de nuestro entorno. Quienes han probado las viandas que allí se sirven hablan mil y una maravillas de la cocina. Y viendo el gentío que ayer se acercó para regodearse en la reapertura del local uno no puede sino darlo por bueno: se cocina de fábula y se siembran amistades de todo tipo y condición. Como si las buenas mesas les hermanasen.