EBE ser cierto. En eso también es calcada a los clubs británicos de caballeros la sede de la Sociedad Bilbaina. Debe existir algún pasadizo secreto que comunica las estancias del venerable edificio de la calle Navarra. Lo apunto porque a las 19.15 de ayer, junto a personalidades como César Coca, Luis Eguiluz, Chema Roldán, Lourdes Vázquez, Montse Lucas o Susana Moyano, el presidente de la Sociedad, Juan Ignacio Goiría, y el expresidente, Antón Pérez Iriondo, se encontraban en la segunda planta acompañando a la periodista, fotógrafa y asesora jurídica bilbaina, Cristina Maruri, en la presentación de su libro de relatos.

Sorprendentemente, a la misma hora, ambos recibían ante la puerta de doble hoja de acceso al hall principal de la primera planta, a la socias y socios que acudían a la tradicional Recepción de Navidad. Cabe la sospecha de que el pasadizo desemboque tras las planchas de cobre que adornan la enorme chimenea del hall y que queda camuflada por los abetos propios de las fechas.

El elegante hall octogonal de lados desiguales llenó las sillas que aguardaban bajo la gran lámpara que alumbra los paisajes bilbainos pintados por Losada y los tresillos de vetusto cuero marrón.

Ofició como maestra de ceremonias Susana Palomino. La vocal de la junta directiva agradeció a los socios el apoyo brindado a la Bilbaina "durante los meses más duros y oscuros de la pandemia".

Palomino señaló especialmente la iniciativa que durante el confinamiento tuvo el entonces presidente, Antón Pérez Iriondo, de que cada día un socio escribiera una carta que después era enviada al resto a través de mail y Wassap. "Epístolas como las de San Pablo a los Efesios", había comentado en un corrillo previamente el propio Pérez Iriondo. Un centenar de cartas que, con el patrocinio de la Fundación BBVA, han terminado tomando forma de libro titulado Seguimos en Sociedad. Los donativos obtenidos a cambio de los ejemplares serán destinados a las ONG que trabajen con personas afectadas por la pandemia.

Posteriormente se atribuyeron, como es costumbre, una quincena de pavos entre los respectivos ganadores y ganadoras de los torneos sociales y distintos certámenes. Entre otros, Alberto Uribe-Echevarría se impuso en billar -quizá en la misma mesa que conserva la marca de la chaqueta de Bob Dylan- y también en dardos; en ajedrez, Laureano Aróstegui; en chinchón, Enrique Ibáñez; en ganapierde, Rafael Sancho; en dominó José Salcedo y José Ignacio Elorza; en bridge, María Luisa Garrote y Felicidad Lejarraga. Entre los triunfadores en el resto de los concursos se contaban Ángel Pastor, Sofía Bergareche, Andrea Uribarrena o Ricardo Franco.

Hubo un momento para homenajear también a quienes obtuvieron el grado, tras medio siglo en el club, de Socio de Honor en 2020, año en el que no lo pudieron celebrar debido a las restricciones. Podemos citar entre otros muchos a José María Olazaguirre, Jaime Apalategui, Gabriel Goiria o Jesús Acillona.

Acudieron asimismo al evento el subdirector de la Fundación BBVA, Vicente Gutiérrez Junquera, e Isabel Ledo, José Luis Sabas, Arturo Aldecoa o Elena Gondra junto a su hija Elena Ortiz Gondra.

Cerró el acto un cóctel en la planta superior, al que los asistentes debieron subir en grupos reducidos para sentarse en mesas dispuestas al efecto.

La Sociedad Bilbaina dio muestras de absoluta ejemplaridad en lo referente a las medidas de prevención de contagios. Además de ofrecer un cóctel con obligación de asiento, hubo rigurosa petición de pasaporte covid, toma de temperatura y concienzuda distribución de mascarillas homologadas en el acceso.

La Bilbaina es un club que se esfuerza en mantener las tradiciones. Pero se adapta sin duda a los tiempos.

La sede de la Sociedad Bilbaina acogió ayer la presentación de un libro de relatos y la tradicional Recepción de Navidad

La club destinará a causas benéficas lo recaudado con 'Seguimos en Sociedad', libro que recoge cartas escritas durante el confinamiento