OS vicios son feos. Les hablo de vicios públicos a la hora de comer en público, de la cruz de una moneda cuya cara son los buenos modales. Antes esta práctica se adquiría en colegios -han pasado ya bastantes años de estas lecciones de urbanidad...- y también en el seno de la familia, pero de un tiempo a esta parte, como cada uno no se busque la vida (o se apunte a algún curso específico en esta materia), adquirir los modales en la mesa o al comer en público queda a criterio personal.

Recuerde, quien esto lea, aquello que Don Quijote le recomendaba a su fiel escudero: ""Ten en cuenta, Sancho, de no mascar a dos carrillos ni de eructar delante de nadie"", además de aconsejarle que fuese "templado en el beber, "considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra"". Estando de acuerdo con todo cuanto les he dicho hasta ahora, ver ayer cómo algunos de los presentes se chupaban los dedos al comer ese saquilto de morcilla con coulis de mango y ali oli de manzana fue como espiar por la mirilla para ver un bello vicio. Ese saquito, les digo, es el bocado ganador en el XI concurso de pintxos de Deusto. Lo laboran Gorka Val y los suyos tras la barra Madariaga 33 Etxea, un laboratorio para la alquimia gastronómica, si se juzgan que han ganado tres de las últimas seis ediciones del certamen. Las creaciones que elaboran Guillermo Ormazabal y Cosme Basoa, de Itxas Bide; la gente de Deustoarrak (ayer no pudieron acudir a la entrega siendo día de reapertura del comedor...); y Miriam Angulo Ferández, del bar Bolibar, le pisaron los talones.

Todo esto se vivió en la entrega de premios del XI concurso de pintxos de Deusto, organizado por Deusto Bizirik, la asociación de comercios, empresas de servicios y hostelería de Deusto que preside Julia Diéguez. Le acompañaron en la entrega de premios autoridades de la talla del director de Turismo, Goyo Zurro; el presidente de Bilbao Dendak, Rafa Gardeazabal; el presidente de Cecobi, Pedro Campo; concejales de la villa como Xabier Ochandiano, Gonzalo Olabarria, Yolanda Díez, Itiziar Urtasun, Carlos García, Gabriel Rodrigo y Carmen Muñoz; el subdelegado del gobierno, Vicente Reyes, Montxu Martínez, Txiki Carrocera, Fernando Miravalles, Ángel San Mamed, Sonia García, Alejanro Mendiola, Ramiro Méndez y un buen número de hombres y mujeres que se acercaron a la celebración prestos al disfrute en la tarde noche.

Hubo otras categoría de premios paralelos. En el tres, dos, uno diremos que la mejor barra la despliegan en Bolibar; la segunda, Desutoarrak y el primer puesto, el Oriotarra, donde gobierna Fran Domínguez. Si miramos el premio a la mejor atención y simpatía diremos ue Esther Gamero, del Lagun Arean, se llevó el bronce; la plata fue para Guilermo Ormazabal yCosme Basoa, de Itxas Bide, y Mirian Angulo Fernández, del Bolibar, fue coronada con el oro. En una orla de méritos bien poblada, diré que fueron reconocidos, en diferentes sorteos, Jana Cordeu, Alazne González, Gloria Gil, Eduardo Díaz, Aitor Martínez, Ángela Castro, Olatz Cearra, Garbiñe Abasolo, Luis Miguel Cámara o Julene Domingo.

Fue, como acostumbra, un encuentro emotivo y sabrosón. En él también estuvieron el coordinador de Deusto Bizirik, Ignacio Aguirre; la vicepresidenta de la asociación, Vicky Portugal, Gaizka Aguayo, Ángel Veloso, María Cereceda, Iñaki Arce, Silvia Inzalu, Cristina Oñate, Iñaki Alcubilla y así toda una legión de gente que se acercó a brindar, a celebrar la alegría que nos trasmiten los bares, tabernas y restaurantes con las puertas abiertas, como puntos de encuentro y templos de celebración. Incluso, como les dije en los comienzos, tierras donde una puede chuparse los dedos, ese gesto tan mal visto que, sin embargo, nos pasaporta a la infancia.

Intensa entrega de premios del XI concurso de pintxos de Deusto, organizado por la asociación Deusto Bizirik

Un saco de morcilla con coulis de mango y ali oli de manzana, de Madariaga 33 Etxea, ganador de la presente edición