SCUCHEMOS a Naciones Unidas en su relato. "La búsqueda de mejores condiciones de vida y de trabajo, el mercado mundial del trabajo, las desigualdades económicas, sociales y demográficas persistentes, las violaciones de los derechos humanos, los cambios ambientales así como los conflictos y la violencia son impulsores de la migración". No siempre fue así, claro. Las migraciones humanas prehistóricas del Paleolítico constituyeron el primer proceso efectivo en la expansión de la Humanidad, hace más de 60.000 años, si tenemos en cuenta las diversas hipótesis del origen de los humanos modernos. He ahí una breve semblanza de la teoría de los movimientos del ser humano, nómada por definición. No es suficiente contándolo así porque en las trastienda de este fenómeno hay miles de historias terribles y sangrientas. Duras de pelar.

Entra en escena ahora el teatro, un arte capaz de narrar de una manera más sensible los horrores que pasan desapercibidos en un informe cualquiera. Ayer pudo comprobarse de la mano de la sexta promoción de la Compañía Joven de Pabellón 6. Con Beatriz Velilla al timón de la dirección, los seis integrantes seleccionados -Ioritz Benito, Nagore Cenizo-Arroyo, Albar Cirarda, Lara Pérez, Ander Sánchez Rey y Olfa Sendesni como tripulación...-, ellos lo contaron de otra manera.

Lo hicieron apoyándose en un texto de Matei Visniec, traducido por Evelio Miñano. Consiguieron transmitirlo en forma de comedia bajo el título Migraaaantes. Sobra gente en este puto barco, haciendo malabares con el absurdo y la ironía para desnudar y hacer frente a la realidad trágica de la migración. Es el grito de los millones de personas que sueñan con un mundo mejor.

Diferentes personajes, humanos o no, emprenden un colorido pero accidentado viaje junto al público: migrantes de medio mundo, traficantes, polític@s, artistas o presentadoras del llamado Salón de la Alambrada€ a bordo de un barco donde "sobra gente". Pueden imaginarse el tono.

Todo sucedión en Pabellón 6, donde Ramón Barea y los suyos hacen de las suyas. Antes de que comenzase la función pudo verse al propio Ramón moviéndose entre bambalinas y con esa media sonrisa que encaja en los orígenes de Pabellón 6, un espacio donde las Artes Escénicas se alzan como lo que han sido desde su origen: una celebración colectiva en vivo. Un grupo de hombres y mujeres que hablan aquí y ahora a otro grupo de mujeres y hombres. "Hoy todo se mueve a una velocidad cada vez mayor y se pierde sin dejar poso ni eco", sentencian desde este lugar mágico que florece en Zorrotzaurre, la próxima tierra prometida, si no lo es ya, de Bilbao.

Momentos antes de que comenzase la representación la propia Beatriz repartía bombones entre algunos de los asistentes. Ese compartir fue todo un gesto. Darán fe de lo que les cuento Joserra Cirarda -uno ya se llevó a la boca...-, Edurne Larrinaga, Pedro Huertas, Eva Irusta; Patricia Bárcena, directora de CEAR-Euskadi; Alberto Cereijo, responsable de estrategia de incidencia, Raquel Celis, Mara Díaz, Libe Estebaranz, Amets Ibarra, Igor Martín de Bildate, Aurelio Erdozain, Almudena Toribio, Mabel Andreu, emisaria de Ongi Etorri Errefuxiatuak, Betitxa Saitua, María Casanueva, Quique Gago, Natxo F. Laguna, Ane Torrijos, Itziar Olabarria, Mikel Aiestaran, Nora Etxebarria, Ikerne Gorostiaga, Miren Azkarate, Leire Urizar, Idoia Beltrán de Heredia, Gontzal Uriarte, Nerea Alonso, Nekane Ruiz, Agurtzane Ortega, Jon Garate y un buen puñado de gente, hasta llegar a los tres cuartos de la centena, interesados por sensibilizarse y entretenerse con el mundo recreado sobre las tablas. Lo vivido a orillas de la ría fue algo hermoso, la comprobación empírica de que el teatro arrastra las conciencias con la fuerza de un huracán desatado.

Pabellón 6 acogió ayer la comedia 'Migraaaantes', donde el absurdo y la ironía hacen frente a la realidad trágica de la migración

Diferentes personajes migrantes emprenden un accidentado viaje junto al público, una navegación "donde sobra gente"