RRANCA esta crónica con una metáfora: un intercambio de saludos y abrazos en el cruce de caminos. Metáfora digo, porque el asunto de los besos y los abrazos está prohibido, como si el coronavirus fuese un censor de los viejos tiempos. Ayer se encontraron, en el salón de actos de la Biblioteca de Bidebarrieta, el certamen BilbaoPoesía 2021 y el festival Loraldia, un par de caravanas que hacen camino estos días, el primero de ellos, hasta el miércoles venidero (en el convoy viajan o han viajado estos días el actor Emilio Gutiérrez Caba, la soprano Cecilia Lavilla y el pianista Miguel Ituarte que arrancaron la semana con un vibrante recuerdo a Blas de Otero; Karmele Iribarren, Juanra Madariaga, Manuel Vilas, Rosana Acquaroni, Isabel Bono; el editor de Bartleby, Pepo Paz Saz, Bernardo Atxaga, Marta Sanz, el músico Natxo Vegas, la cantante Izaro, que actuará el domingo, día Mundial de la Poesía, Leire Bilbao, Beatriz Chivite, Itziar Míngue, Julia Piera, Mixel Etxekopar. Dominika Rekalt, Pierre Vissler, Jean Christian Galtxetaburu o José Fernández de la Sota entre otros...) y Loraldia hasta el próximo día 28, cuando está anunciado un espectáculo singular en el Guggenheim, donde improvisará un texto pensando en el futuro Unai Iturriaga al que le pondrá una también improvisada banda sonora el músico Fernando Velázquez mientras un grupo de bertsolaris irán contando y cantando las ocurrencias de ambos.

Decía que ayer Loraldia llevó hasta tierras de BilbaoPoesía 2021 un espectáculo a cuestas, como si fuese el espectáculo de un grupo de juglares, de buhoneros que te encuentras a ras de suelo. El espectáculo propuesto se titulaba Abere Ba: Ulu Ala Ele, una suerte de juegos malabares de música, palabras y frases que se pueden leer igual hacia adelante y hacia atrás (palíndromos, lo llaman los más eruditos...) e imágenes sugerentes que son los ingredientes de este singular espectáculo, todo un juego poético original y creativo.

Tomaron las riendas de la tarde, la voz cantante y/o recitante y la melodía Okene Abrego; Jon Ander Garcia e Irziar Aranburu, integrantes de Bigara Kolektiboa, y creadores de este proyecto que plasmaron primero en un libro y una exposición, e Iban Urizar, quien gasta el nombre artístico de Amorante. Viéndoles prepararse para el curioso espectáculo (el escenario estaba sembrado de papeles y en un rincón reposaban los instrumentos...), uno podía intuir lo que se avecinaba, con los artistas cubiertos con una máscaras negras que simulaban los picos de un ave de mal agüero. Un grajo o un cuervo, qué sé yo.

Al apagarse la luz para que todo comenzase ya habían tomado asiento el clan de la gente de Loraldia, ayer representados, entre otros, por Imanol Agirre, Amaia Ocerin, Aitor Arbaiza, Mikeldi Uribe-Etxebarria y Unai Molina entre otros.

A la cita no faltaron, además de los citados, Goio Sanz, Gotzone Mendibil, Aitor Agirre, Garazi Etxebarria, Nerea Atxalandabaso, la escritora y periodista Goizalde Landabaso, Begoña Morán, responsable de actividades culturales de Bidebarrieta, Xabier Amatria, Nerea Malbadi, Ixiar Rozas, Beñat Olaizola, Aingeru Olabarria y un buen puñado de gente que está disfrutando de lo lindo co n la cascada de los 26 espectáculos previstos por Loraldia desde el pasado día 9 hasta, como les dije, el próximo 28. Van recorriendo Bilbao de los lindo en trece escenarios diferentes para darle cuerpo a la séptima edición del festival, que a duras penas logró celebrar la sexta en esa ventana de libertad que se abrió entre octubre y noviembre del pasado año. En esta ocasión han ido de cara. Desde que el pasado día 9 Mikel Ayllon presentó su libro de relatos Zoriontsuak izatea aukeratu genuen, Loraldia no ha parado ni un segundo, encadenando, incluso, días con tres espectáculos en 24 horas. El más difícil todavía.

Loraldia aterriza en el ciclo BilbaoPoesía 2021 con el espectáculo 'Abere Ba: Ulu Ala Ele' que llamó a voces a la comunidad euskaldun

El show ofrece música, palabras y frases que se leen igual hacia adelante y hacia atrás (palíndromos) e imágenes sugerentes