E ahí una música que nació en los bosques, hija de la madera y la mano del hombre. "Hay quien cruza el bosque y solo ve leña para el fuego", nos recordó Leon Tolstoi, un hombre con especial sintonía con la naturaleza que también nos dejó una sentencia dura al respecto. "Cuando un salvaje deja de creer en su dios de madera, eso no significa que no hay Dios, sino que el verdadero Dios no es de madera". Será así, pero cuando ayer Jabi Alonso & Ensemble Sinkro ofrecieron el concierto titulado AmetsOLAK en el conservatorio Juan Crisóstomo de Arriaga, enmarcado en el vigésimo séptimo Encuentro de Música Contemporánea Kuraia, su interpretación sonó como los ángeles.

Sonó el eco de la madera que nos llama, no tengan duda de ello. Fue un trabajo de vanguardia, un concierto que trataba de aportar una nueva visión y un nuevo repertorio a un instrumento muy representativo de la cultura vasca como es la txalaparta, ampliando sus posibilidades sonoras, con la colaboración de Sabin Bikandi. Las raíces de la idea se alimentaban de la imaginación del propio Jabi Alonso. La txalaparta, sí. Pero también la marimba, el pandero, el violín y el violoncello fueron protagonistas del concierto. El profesor de percusión Jabi Alonso presentó en este encuentro su trabajo discográfico AmetsOLAK, en el que también participan Ainhoa Gutiérrez con la txalaparta, la violinista Maddi Arana y la violoncellista Estibaliz Oraá, todos ellos en un espectáculo con sonorización y luces de Koldo Sagastume. Según palabras de Alonso, el proyecto es "algo que hace años tenía en mente y que por fin se ha hecho realidad. Un sueño (Amets) con un único sonido, la madera (OLAK)". Les acompañaba el director titular del Ensemble Kuraia, Andrea Cazzaniga, minutos antes de que todo comenzase, en ese nervioso tiempo de los ensayos.

El concierto, celebrado en el conservatorio, levantó otro tipo de olas: de expectación. Comenzó con la pieza Ez da galduko, propiedad de los propios Jabi Alonso y Sabin Bikandi, y abrochó con el tema Rosarena, del propio Jabi, pura savia vital de un disco de altos vuelos en la percusión y muy cercano a las emociones. Hubo obras, además de las citadas, de Jovan Zivcovic, Andrew Ford, Frederick Rezewski y Sergio Gutiérrez para rematar un concierto hechizante de principio a fin.

Con tanto atractivo que media hora antes de que se apagasen las luces ya había colas en los exteriores del conservatorio. Uno de los presentes, cuyo nombre quiso ocultar, lo anunciaba de antemano. "Es un largo sueño de Jabi y los sueños, cuando se hacen realidad, siempre sorprenden. Seguro que no defrauda a nadie".

Y no lo hizo. A la cita se sumaron Amagoia Hurtado, Irene Bengoetxea, María Jesús Domínguez, Ana María Hernández, María Teresa Sota Bermúdez, madre del artista y emocionada por la cita; Milagros García García,Mónica Valencia, Mikel Ortiz de Pinedo, María José Agirre, Alicia Etxebarria, Izaskun Olabarria, Mikel González, Juan Mari Aranguren, Olga Azkuna, Daniel Román, Gorka Robles, quien acudía a clase de violín; Arantza Azpilikueta, Yolanda Silviño, María Luisa González y Mari Carmen Silviño, entre otra mucha gente.

Por el bosque de instrumentos dispuestos sobre el escenario como si fuesen un bodegón de maderas se movieron los intérpretes. En el patio de butacas también se encontraban Cristina Pinedo, María José Zarate, Ainhoa Zubeldia, Ander Bengoa, José Luis Martínez, María Luisa González, María Teresa Ortega, Begoña Fernández, Rosa Igartua, Mari Carmen Fernández y un buen puñadito más de gente interesada en regodearse con la ensoñación de los bosques y la madera ancestral viajando del pasado más remoto a los ritmos de hoy en día e incluso del futuro. Fue la constatación de que Kuraia siempre busca sorpresas en la buena música.

Concierto 'AmetsOLAK' con Jabi Alonso y Ensemble Sinkro, dentro del 27º Encuentro de Música Contemporánea Kuraia

La cita fue un invocación a la percusión, con una mirada expansiva hacia la txalaparta y sus múltiples utilidades