Una vieja proclama feminista del siglo XX decía "Habla con Dios: Ella te escucha". La frase, que sonó tan vanguardista y escandalosa, no lo hubiese sido tanto en la Antigua Grecia. Sobre todo en Atenas, una de las pocas polis griegas protegida por una divinidad femenina.

La Acrópolis fue el escenario religioso de aquel universo clásico. "En ella mito e historia se entrelazaban para glorificar el pasado de la ciudad y especialmente a su Diosa, Atenea", reza el programa de mano de la exposición Akropolis, mito biziak que ayer se inauguró en el Museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao, allá en el resbaladizo barrio de San Francisco, dirigido por Sorkunde Aiarza.

La muestra recorre todo aquel mundo que se balanceaba entre lo mitológico y lo espiritual, desde la cabeza de Zeus/Poseidón a la escultura de Diana de Gabies (ayer, curiosamente, hubo una conferencia sobre su controvertida figura...), pasando por las Panateneas (la celebración religiosa más importante de la antigua Atenas por Erecteo, rey mítico de la polis...), las metopas del Partenón o la centauromaquia entre otras piezas maestras, muchas de ellas primeras réplicas de la obra original.

Por todo ese paraje de mármoles se movieron el jefe de servicio de Patrimonio de la Diputación, Andoni Iturbe; Iñaki López de Agileta; la comisaria del museo, Itziar Martija, Saioa Barrenetxea, Begoña Hernández, Sancha Mañanés, Ana María Fernández, Ana Landeta, Mikele López, Edurne Martínez, Markel Lopategi, al frente de un taller de chapas activo durante la muestra, Iñaki Orbegozo, Aitor Madariaga, María Luisa González, Idoia García, María José Gordejuela, Julene Iglesias, Ander Urrutikoetxea, José María Palacios, Miren Legorburu y un buen grupo de admiradores del arte clásico, del viejo mundo de las estatuas, que se regodearon en la recreación clásica de un mundo donde el arte latía a mil por hora.