lA alimentación es uno de los principales pilares sobre los que se sostiene la cultura vasca. La gran calidad de los productos de estas tierras construye una parte esencial de la identidad de los diferentes municipios. En el caso de Lezama, si hablamos de gastronomía resulta imposible no citar su principal producto estrella: el txakoli. Los productores del municipio ofrecen un caldo de gran prestigio en el mundo de la enología vizcaina. Es por eso por lo que el Txakoli Eguna constituye una de las principales celebraciones. Ayer, la prestigiosa feria celebró su paso a la mayoría de edad al haber cumplido su edición número 18. Este año, el público, que aprovechando el caluroso día se acercó a la plaza Hilario Astorki, pudo degustar los txakolis de cinco de las mejores bodegas de Lezama; Basabeiti, Erdikoetxe, Garkalde, Larrabe y Magalarte.

La jornada contó un alto contenido cultural además de gastronómico, ya que el frontón municipal albergó varias exhibiciones de baile y canto por parte de los diferentes grupos del municipio. Tal era la propuesta de Lezama, que fueron numerosas las personas de otros municipios que se acercaron a disfrutar del fresco txakoli para hacer frente al imponente sol que este fin de semana ha brillado en el cielo de Bizkaia. “Somos vecinos de Sondika y vista la estupenda mañana que ha salido hemos vecino andando, dando un paseo, hasta aquí y ahora vamos a beber un par de txakolis para reponer fuerzas antes de volver a casa”, mencionó Txanito, quien acudió al evento junto con sus amigos Itziar y Txelu.

Muchos otros asistentes aprovecharon la ocasión para comprar otro tipo de productos. La feria contó con puestos en los que los agricultores de la localidad y sus alrededores ofrecieron los mejores productos de sus cosechas. Todo ello, maridado con los excelentes talos que ofreció una vez más el maestro mungiarra Aitor Aurrekoetxea, una combinación de éxito.