LEVA cinco días poniendo su voz a sus propios relatos. Elige el momento y la estancia de su domicilio más adecuados, se sienta tranquilamente, mira a la cámara del móvil y comienza a grabar la narración. Después, cuelga el documento visual y sonoro en sus dos páginas de Facebook: la personal Mirenbe Jauregi Zabala y la creada para difundir su faceta literaria Aixekoa-Escritora. Es la particular y modesta aportación de esta vecina de Arrigorriaga a esta dura situación de confinamiento en las casas debido al estado de alarma decretado para evitar y contener la propagación del coronavirus. "Empecé el martes, casi sin pensarlo. Se me ocurrió por la tarde y edité en directo la primera narración", explica. Y es que después de diez días de confinamiento, y tras una visita que realizó al hospital para acompañar a su aita a recibir unos resultados médicos "sentí que la gente comenzaba a estar ya muy cansada de esta situación y, sobre todo, que crecía el miedo y la angustia ante el aumento que se estaba dando en el número de contagios confirmados".

Mirenbe Jauregi, que ha llegado a trabajar de auxiliar de enfermería, es consciente también de que las diversas y múltiples iniciativas culturales, deportivas y de entretenimiento que se están difundiendo a través de las redes sociales "ayudan a subir la moral, lo que implica también subir las defensas" y por un sentimiento de "solidaridad ante el sufrimiento o el agotamiento ajeno", ha querido aportar su granito de arena para "intentar hacer más llevadera esta situación, sobre todo a las personas de mayor edad".

Mirenbe reconoce que, incluso, ella misma se había empezado a dejar llevar por el hastío y la vagancia "durante la primera semana de confinamiento" pero acabó dándose cuenta de que "era necesario dejar de ver tanto informativo con noticias e imágenes negativas y dolorosas y hacer algo que llevara a la mente a un lugar de mayor tranquilidad". En su caso, lo consigue con el ganchillo y, desde el martes, con la nueva rutina de prepararse para grabar y colgar la lectura de los relatos de su primer libro Un día hice un cuento. "Hago uno al día y no sigo ningún orden. Elijo uno al azar o en función de mi estado de ánimo o lo que haya sucedido durante esa jornada. Y antes de empezar, realizo una pequeña reflexión sobre el relato".

La ópera prima literaria de Mirenbe Jauregi -que escribe y publica bajo el seudónimo de Aixekoa- se compone de 15 relatos inspirados y basados en los recuerdos que le quedaban de sus sueños nocturnos. El lector y ahora oyente puede encontrar en cada uno de ellos "una historia distinta a la que yo he podido escribir y que es tan válida como la mía", asegura la autora que espera que su aportación sirva de válvula de escape y acerque a las letras a "quienes, por ejemplo, no disponen de libros en casa o a quienes tienen problemas de visión y, por tanto, dificultades para leer".

Mientras tanto, ella espera también pacientemente el final de una alerta sanitaria que le preocupa especialmente "porque mis padres son mayores y porque, como auxiliar de enfermería que ya no puede ejercer, pienso en los duros momentos que están viviendo mis compañeras y todo el sector sanitario en general". Concienciada sobre la necesidad del confinamiento, ha aceptado la anulación de la presentación de su segundo libro Las ramas del árbol prevista para el pasado 26 de marzo en Abusu, como un acto más de la semana cultural del barrio que ha quedado también suspendida. "También tenía intención de visitar Orozko para dejar allí libros porque parte de la vida de las protagonistas de esta obra se desarrolla en esta localidad". Son temas pendientes que retomará cuando todo vuelva a la normalidad, junto a "todos los encuentros, abrazos, fiestas y cultura de los que disfrutar".

Los relatos que narra y cuelga en su Facebook forman parte de su primer libro 'Un día hice un cuento'

Hace las grabaciones en casa con el móvil y comparte una al día para hacer menos duro el confinamiento