Tuvo contacto con infinidad de personajes clave de la cultura y política vasca, desde Joxe Miguel Barandiaran a Manuel de Irujo. De Koldo Mitxelena al lehendakari Leizaola. Buceó en archivos históricos para desenterrar la historia de Juan de Acurio, navegante bermeano que ejerció de contramaestre de Elkano en la primera circunnavegación del mundo. Estuvo presente en la Guerra Civil, interesándose por los niños vascos. Y también narró en un libro la apasionante historia de Berengaria, la reina consorte navarra del monarca Ricardo I de Inglaterra. Incluso durante unos años tuvo su hogar en Tolosa o Zumaia. Era Mairin Mitchell (20 de mayo de 1895 - 5 de octubre de 1986), la cronista irlandesa de los vascos. Recopilando su ingente labor y parte de su legado, el Museo Euskal Herria de Gernika-Lumo ha abierto una muestra sobre Mitchell. Perdida en el cajón del olvido y sin haber recibido el merecido reconocimiento, la propuesta del centro expositivo de la Diputación Foral de Bizkaia persigue recuperar su figura y realizarle un homenaje por su prolija labor.

Mitchell estuvo casi en todas partes. Todo aquello que oliera a vasco parecía fascinarle, atraerle irremediablemente al floklore, la cultura, la historia, el lenguaje o la situación de nuestro pueblo. Ya desde joven, cuando siendo una estudiante tomaba parte en movimientos anarquistas y nacionalistas irlandeses desde Londres, a comienzos de los años veinte del pasado siglo se le despertó la conciencia social influida por el socialismo utópico y el hegelianismo alemán. Pero no fue hasta años después cuando recala en una Euskadi absorta en el franquismo. De abuela vasca de Iparralde (la labortana Marrianne Garat), sus descripciones de Euskal Herria para varios periódicos irlandeses le hicieron entrar en contacto con Barandiaran, Leizaola o Irujo y reforzar aún más sus ya incipientes vínculos. La exposición, comisionada por Xabier Armendariz, es un repaso por su vida y obra, incluso con objetos personales que pertenecieron a Mitchell. Su escritorio, de hecho, ha sido ubicado en la tercera planta del museo de Gernika-Lumo. "La muestra es un humilde homenaje, un reconocimiento desde Euskal Herria a una mujer que puso todo su corazón, su trabajo, investigación y alma para dar a conocer un pueblo, que sin ser el suyo, trató como propio", resumió la diputada foral de Cultura, Lorea Bilbao Ibarra.

Poner el foco sobre Mitchell es uno de los principales objetivos de la muestra. La exposición está "llena de nombres propios y retratos de personas que acompañaron en el camino a Mairin, y curiosamente sólo aparece su imagen en una fotografía. Mairin siempre estuvo ahí, pero trabajó incansablemente desde el backstage, no fue protagonista y no se captó en imágenes su aspecto físico. De rostro desconocido, fue una trabajadora incansable y apasionada, como otras muchas mujeres, a la que queremos agradecer y poner en escena con los focos encendidos ensalzando su labor y dándole un lugar en la memoria de todas y todos", según Bilbao Ibarra. Armendariz, quién prendiera la mecha para crear la exposición y que recopilara toda la información sobre la cronista irlandesa, incluso contactando con particulares que conocieron a Mitchell en persona, se la encontró mientras organizaba también otra muestra sobre Juan de Acurio en el Museo del Pescador de Bermeo. La conexión es simple: Mitchell publicó la novela La Odisea de Acurio en 1958 como homenaje a los navegantes vascos que zarparon junto a Elkano en su vuelta al mundo. Según Armendariz,

La muestra se divide en nueve secciones o apartados compuestos por paneles explicativos, objetos personales de la propia Mairin Mitchell que regala a su amiga Cecilia García de Guiarte, publicaciones y libros con anotaciones a mano de la periodista y documentación epistolar. Además, los visitantes tendrán la oportunidad de leer la frase que ella misma dejó escrita en el libro de honor de Arrantzaleen Museoa en 1951: "Mairin Mitchell, con la gratitud de una visitante irlandesa por todo el afecto que ha recibido de un gran pueblo- los Vizcaínos. ¡Arriba, Euzkadi!".