Arrancaron en mayo de 2019, cuando la cooperativa Maier, una de las empresas tractoras de Busturialdea, coincidió con la interacción que se ha estado llevando a cabo desde las estructuras comarcales para impulsarla competitividad. La comarca perdía punch empresarial, valor añadido. Era necesario adoptar medidas. Fue entonces cuando surge la chispa que alumbra un proyecto que busca impulsar el desarrollo económico y social de la zona, una actividad en la que operan desde hace años dos organismos públicos como Behargintza de Bermeo, Mundaka y Sukarrieta y Gernika-Lumoko Lanbide Ekimenak. Y surge una mesa de la competitividad de Busturialdea, junto a ocho empresas locales como Pevasa, Echebastar, LGK, Egoin, Wartsila, Albacora, TDG y Maier, que apuestan por tratar de revertir la situación.

Todas ellas, instituciones y empresas, comparten la importancia estratégica de mantener a las empresas de la comarca "en la senda de la competitividad, atraer start-ups e intentar acelerar las dinámicas de innovación de las empresas de la comarca". "Son objetivos que compartimos", asegura Nere Mintegi, directora de Behargintza, parte visible de las agencias locales, junto a Aitor Kortazar de Lanbide Ekimenak. "Ya a comienzos del pasado año nos pusimos manos a la obra, detectando necesidades en la comarca e identificando las posibles soluciones a dar. Todo ello de la manos de las empresas". Todos compartían una misma hoja de ruta: trabajar en colaboración, aprovechar sinergias entre empresas y la formación y creación de nuevas relaciones con empresas de otro sector. Para ello se realizaron varias iniciativas que interconectaron a las empresas. "Por una parte qué retos tenían las empresas participantes que pudieran ser resueltos mediante un proceso de innovación abierta".

El instrumento utilizado para dar respuesta a esta cuestión fue la plataforma Biok, que gestiona BEAZ, la agencia de la Diputación Foral de Bizkaia. Además, los agentes participantes compartieron la necesidad de contar con un plan estratégico de Busturialdea.

IDEA ELEGIDA De entre los retos empresariales identificados (servitización de la mar; tecnificación de la madera; valoración del residuo; entorno exclusivo responsable; fabricación aditiva) se eligió el de servitización de la mar y en él, la empresa Code Contract venció en el reto lanzado por las empresas atuneras Albacora y Pevasa, ambas de Bermeo. Lo hicieron con el producto Smart Traceability basado en la plataforma Smart, una solución que permite el control digital de operaciones, generando informes de trazabilidad en tiempo real y que son admitidos como pruebas legales. "Fue lanzado en la plataforma Biok"; añade Mintegi. Lanzado el reto, era hora de que una pyme, start-up o empresa diera una respuesta a esa necesidad planteada por dos atuneras, "para mejorar la trazabilidad" de sus capturas. Dicho y hecho, a pesar de las dificultades generadas por las restricciones de la pandemia del coronavirus. La empresa Code Contract se ha puesto manos a la obra con el proyecto piloto, que tiene un valor de 15.000 euros, financiados por las dos empresas, se ha trasladado a Bermeo, a un local puesto a disposición por el Ayuntamiento.