Soñar hasta el cielo a pie de calle en los DEIA Laboral Kutxa Hemendik Sariak

No sé lo que sufro, pero estoy enfermo / Tengo muy débil el cuerpo, pero mucho más el alma / Por eso amo el atardecer… el azul de los mares, / no puedo sujetarme al trabajo, y tan solo me agrada el soñar.

La gala de los DEIA Laboral Kutxa Hemendik Sariak celebrada este martes en Arrieta, a la caída del sol –y con chaparrón incluido–, tuvo un brillo resplandeciente proyectado por la figura del poeta y periodista Estepan Urkiaga, que firmó como Lauaxeta sus delicadas y deliciosas letras en euskera. Cerca de allí, en Laukiz, nació hace 120 años, y su recuerdo, en forma de galardón, fue uno de los ingredientes distintivos de la velada de este martes. Recogió el premio su nieto, Pedro Basaras, que posee dosis de talento artístico por sus venas –regaló un bertso en el evento–; él que tantas veces escuchó a sus padres hablar del abuelo, al que fusilaron con 32 años. El 30 de abril de 1937, cuando enseñaba las ruinas provocadas por el bombardeo de Gernika al corresponsal de La Petite Gironde, fue capturado por las tropas franquistas, sometido a consejo de guerra y condenado a muerte. Será inmortal su legado.

Tan solo me agrada el soñar. Y de eso va la vida. A eso se aferran los protagonistas de estos reconocimientos, de estos premios y de su recorrido onírico por Bizkaia, por donde llevan girando los DEIA Laboral Kutxa Hemendik Sariak 18 años recogiendo incalculable cariño. Ayer en Arrieta, para alterar la calma de este entrañable rincón. Para Mungialdea. Allí, sujetándose al trabajo porque no queda otra, habita una comunidad leal, unida, que amanece cada mañana y se esfuerza en cada hora del día. ¡Y con qué pasión! Es admirable. Arranca pronto la jornada, a las 5.20 horas, para Teresa Díez Abrisketa y Estibaliz Lopategi, al otro lado del mostrador del Revistero Aldapa en Mungia. Estuvieron acompañadas ayer por José Antonio Lopategi, David Vargas y los pequeños Terese y Telmo. Otro comercio local mungitarra, la farmacia Golzarri, también sabe lo que es la implicación. Empezando por Alaitz Golzarri. Begoña Golzarri, Eli Golzarri y Aitziber Saiz también saben lo que es eso...

Ese sentir que despierta tu negocio propio alimenta también a José Jesús y Alberto Iturbe. Bien lo conocen Janire Iturbe y Montse Ordorika. Y como empresa pequeña empezó Aureliano de Arteche en 1946. “Como un sueño”, precisamente recuerdan siempre sus familiares que el fundador decía. Lo que pasa es que ahora... es una factoría enorme, pero anclada a sus raíces. Lander Arteche, como parte de la tercera generación, sigue escribiendo el presente soñador... Y preparando ya el futuro para la cuarta hornada. Keltse Elorriaga es testigo de ello.

¡Ay! Y cuántas ilusiones habrán pasado por las aulas de Beheko eskola en Laukiz... Muchas metas aún por cruzar o más bien por saltar le quedan, seguro, a Iraia Sainz Martínez. Toda su familia le acompaña en esta carrera. Y los objetivos vitales no tienen caducidad, por eso Mari Cruz Calvo continúa marcándoselos a sus 81 años. Y los suyos, apoyándola siempre: David, Julen, Ane, Elixabete, Miriam, Amaia, Maite, June, Noa y Eneko.

Lo mismo que la asociación de jubilados de Gamiz-Fika, entusiastas y motivados. Rosa Gamboa, Maribel Goitia, Carmen Docio, Flori Elgezabal y Javi Gamboa acudieron a Arrieta en representación de este colectivo con mucha marcha.

En nombre de DEIA, y además del gerente, Ibon Mujika, estuvieron Haizea López, Alba González e Iñigo Aspiunza.

Que la esperanza guíe la nave de los vascos / Hasta la alta claridad donde reinan las almas. Para terminar, una vuelta al inicio: a versos de Lauaxeta. ¡Ímpetu y vigor! / ¡Adelante, siempre adelante!