Txorierri: innovación y tradición
Cultura, deporte, emprendimiento, educación y voluntariado se verán reconocidas y homenajeadas este miércoles en la gala de los XVII DEIA Laboral Kutxa Hemendik Sariak, que se celebrará en Zamudio
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El martes a las 19.00 horas en el frontón de Zamudio, los DEIA Laboral Kutxa Hemendik Sariak, que cumplen ya su XVII edición reconociendo a personas, entidades y asociaciones que, escriben la historia de sus respectivas localidades, se trasladarán a Zamudio para premiar a vecinos y vecinas de Txorierri que destacan en el mundo de la cultura, el deporte, el emprendimiento, la educación y el voluntariado, entre otros.
Así, por ejemplo, en el ámbito deportivo, hace 35 años surgió a raíz de un partido de fútbol y su posterior reunión en torno a una mesa una de las pruebas deportivas más tradicionales de la localidad. Se trata de la marcha cicloturista Zamudio-Zamudio, que promueve la movilidad sostenible y los hábitos saludables con una fiesta en la que el ciclismo es protagonista. “Después del partido nos juntamos en el txoko y surgió la idea de crear la marcha. El entonces alcalde nos comentó que si buscábamos bicicletas, él se encargaba de preparar una comida popular”, recuerda Seve Tielve, presidente de la entidad deportiva Txirrin-Txirrin. Desde entonces se ha mantenido la tradición de invitar a todos los participantes a un plato de carne a la conclusión de la prueba, que recientemente reunió a 600 participantes, entre voluntarios y ciclistas, realizando una ruta circular de 24 kilómetros que recorre Laukariz, Mungia y Artebakarra antes de regresar al municipio, además de otra más corta por el centro del pueblo. De los preparativos se encarga cada año el club ciclista, que cuenta con más de una veintena de socios que disfrutan de su pasión por este deporte. “En Zamudio hay muy buenas rutas para andar en bicicleta”, reconoce Seve, quien se muestra ilusionado por recuperar en un futuro próximo una ruta que le hace especial ilusión. “Se va a volver a abrir la Vía Vieja de Lezama que conecta con Bilbao por Artxanda y será un itinerario muy bonito”, indica. Sin embargo, hay una cita anual que, aunque se detuvo por la pandemia, esperan recuperar y que demuestra la pasión que sienten por rodar sobre dos ruedas. “Cada año hacemos una ruta de Zamudio hasta Llanes, son 214 kilómetros, y tardamos casi un día entero. Solemos salir a las ocho de la mañana y llegamos para media tarde”, apunta Seve.
Una de las entidades deportivas de relevancia en la comarca es el club de fútbol Lezama Sport, que está de aniversario. Cumple 100 años, lo que convierten a la entidad lezamarra en una institución histórica. En los archivos del club disponen de fichas federativas de jugadores que datan de 1924, aunque llegó a desaparecer antes de la Guerra Civil. Luego se refundó “en los años 80 con Javier Loroño Bilbao como primer presidente”, indica Jon Llodio, que participó en dicha refundación. Desde entonces, el club ha luchado por mantenerse a flote y seguir promocionando la práctica deportiva entre los jóvenes de la localidad. Actualmente, cuentan con un único equipo que milita en tercera regional. La actual directiva tomó las riendas del club justo antes de la pandemia ante el riesgo de una nueva desaparición. “Nos juntamos siete personas y decidimos organizarnos para tratar de mantener al club. Tenemos dificultades, pero por suerte contamos con el apoyo del Ayuntamiento y de los comercios de la localidad, además del Athletic Club, que nos cede sus instalaciones”, comenta Ibon Uriarte, directivo del club. Precisamente, el hecho de entrenar y jugar sus partidos en la factoría rojiblanca es un gran aliciente. “Nos dejan un campo solo para nosotros y en Lezama todos los campos son espectaculares”, apunta Ibon. Unas instalaciones a la altura de pocos clubes en Bizkaia que disfrutan un total de 25 jugadores que forman la plantilla. Con motivo del centenario, el club ha organizado diversos actos, como el torneo Mikel Llodio en honor a un directivo fallecido, y también barajan la idea de jugar un amistoso entre viejas glorias del club y del Athletic Club. “Nos gustaría, pero primero tenemos que hablarlo con el ayuntamiento”, reconoce Ibon.
Fiestas
Por otro lado, el esfuerzo común de un grupo de vecinos y vecinas comprometidos de Derio han hecho perdurar con el mismo espíritu alegre de siempre las fiestas del barrio de San Miguel. Agrupados en la comisión de fiestas, fundada en 1964, y que este año celebra su 60 aniversario, con su trabajo animan cada año el barrio con múltiples actos entre los que destacan las actuaciones musicales, los talleres infantiles, concurso de disfraces, discofiesta, etc. “La gente del barrio siempre está a tope con las fiestas de San Miguel”, programa Ainara Parra, una de las integrantes de la comisión, en la que están involucrados 21 residentes de entre 18 y 28 años. “Es algo que pasa de generación en generación. De padres y madres a hijos e hijas”, resume. En concreto, para este fin de semana y el siguiente han programado una treintena de actos a lo largo de siete días de festejos para todos los gustos y públicos, entre los que no van a faltar las romerías, concurso de playback, exhibición de euskal dantzak, comidas populares, chocolatada, etc.
Los comercios de toda la vida están en peligro de extinción. Precisamente, en Zamudio hay uno que se despidió por jubilación el pasado 30 de diciembre. Se trata de Ultramarinos Soba, un negocio familiar fundado “el 1 de mayo de 1966”, tal y como relata con exactitud Aurelio Soba. Primero fue una bodeguilla que se dedicaba a vender garrafas de vino a granel y después se convirtió en una frutería de referencia en la localidad por la calidad de sus frutas. Ubicado en la actual calle Gorbea, los padres de Aurelio apostaron por abrir este negocio histórico. “Mi padre trabajaba en la fábrica La Jabonera de Derio y mi madre regentaba la tienda”, recuerda Aurelio, que ya con 10 años ayudaba a su madre en las tareas del comercio. “Al principio la fruta la traíamos desde la calle Ronda de Bilbao en tren hasta la estación de Zamudio y de allí, con unos carros, hasta la tienda”, rememora. Todo el mundo les conoce en el pueblo y por eso el día en que echaron la persiana definitivamente a muchos vecinos y vecinas se les escapó más de una lágrima. Al propio Aurelio, incluso, todavía le siguen preguntando por “aquellas manzanas tan ricas”. Un comercio familiar en el que arrimaban el hombro todos los integrantes de la familia Soba. “El primero que llegaba echaba una mano”, apunta Aurelio, que ha estado trabajando hasta los 67 años. “A las seis de la mañana íbamos a por la fruta y a las ocho ya la teníamos en la tienda para abrir”, relata.
Igualmente, otro de esos comercios con pedigrí en la comarca es Víctor Harategia, una carnicería de referencia en Sondika con una amplia trayectoria que destaca por su compromiso “con una materia prima de máxima calidad”. Además, elaboran una amplia gama de productos tradicionales tales como morcillas, chorizos, txistorras, lomos, costillas, etc. siguiendo recetas y costumbres de antaño.
El voluntariado es uno de los ejemplos que reflejan la solidaridad de la comarca. Es el caso de un grupo de vecinos de Sondika, que apoyan los proyectos que desarrolla Cáritas en el municipio y en la comarca destinados a mejorar la vida de las personas. Acciones como, por ejemplo, acompañar a personas mayores para la prevención y alivio de la soledad. De ello se encarga un equipo de diez personas voluntarias que ofrecen acompañamiento, ya sea en la residencia o en el domicilio. También desde Cáritas se encargan de la acogida a familias y/o personas en situación de dificultad, les ayudan a cubrir necesidades básicas y les orientan en temas sobre su proceso de inclusión social. Igualmente, colaboran con el proyecto de apoyo socio educativo Zirimiri, ubicado en la parroquia de Sondika, que está dirigido a menores de entre 6 y 12 años y sus familias. Se busca cubrir aquellas necesidades de interacción con otros jóvenes, de apoyar la tarea escolar, de sesiones de formación para madres y padres en su tarea educativa y de disfrutar de un ocio sano. En total, son 15 personas de Sondika las que dedican parte de su tiempo y de su vida, a mejorar la de otras personas que presentan situaciones vulnerables. A este respecto, desde Cáritas apuntan que, a lo largo del año pasado, un total de 98 personas han sido beneficiarias de alguno de los tres proyectos descritos.
Educación
Por otra parte, sin duda, estos galardones refrendan el talento que hierve en esta comarca. Son una manera más de animar, de empujar, más bien, son un gesto de confianza en que, por ejemplo, los jóvenes pueden continuar asombrando. Es lo que ocurre con el alumnado que el año pasado estaba en tercer curso de ESO de Jado Ikastetxea, en Erandio. Su idea de crear juguetes sensoriales para niños y niñas de 2 y 3 años, con material reciclado y nuevamente reciclable se llevó el primer premio Steam Euskadi Sariak 2023, en la cuarta edición de estas distinciones que promueve el Departamento de Educación del Gobierno vasco con la colaboración de Innobasque. Fue un reconocimiento emocionante, al que ahora desea sumarse DEIA, pues lo que hicieron estos chavales fue una muestra de valía. Se merecen un bis en la ovación. Y es que esta iniciativa fue aplaudidísima por el jurado de estos galardones, que la vio resplandecer entre las propuestas de 126 centros de Educación Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato de todo Euskadi. Steam Feel Think Do! (Steam Siéntelo, Piénsalo y Hazlo) es el título de este proyecto que arrancó con un primer cometido: conocer cómo funciona el cerebro de los niños y niñas de 2 y 3 años. Con la ayuda de una especialista que ofreció una charla en el colegio, los estudiantes aprendieron cómo responden los más pequeños ante diferentes estímulos y cómo les afecta la limitación de sus movimientos y la falta aún de una psicomotricidad fina. Después, el alumnado tuvo la oportunidad de visitar las aulas de Educación Infantil y ver cómo reaccionaban los pequeños en distintas situaciones. Luego, el proceso se desarrolló en las distintas asignaturas, bajo la coordinación y supervisión del equipo Steam de Jado. Así, en Biología y Geología, se produjo un aprendizaje de los sentidos y del sistema nervioso, así como una práctica con la disección del globo ocular de un cordero. Por su parte, en Educación Plástica y Visual, se realizaron en papel diversos bocetos de juguetes sensoriales. En Technology, se procedió al diseño de los juguetes sensoriales en 3D, así como a la fabricación de sus distintas partes mediante una cortadora láser y el ensamblaje de estas y componentes electrónicos (luces). En Ciencias Sociales, se trabajó sobre el impacto de la industria, los derechos de los trabajadores, la pobreza feminizada, la explotación infantil y la igualdad de género, entre otros puntos. Los jóvenes pudieron también visitar distintas empresas de Erandio. Por otro lado, en Bienestar físico y emocional, se identificaron las emociones, el bienestar emocional, emociones relacionadas con el sexo… Los estudiantes también asistieron a una conferencia de mujeres trabajadoras celebrada en el colegio para conocer sus experiencias en el mundo laboral. Además, en euskera e inglés, se abordó el tipo de texto instructivo para la posterior elaboración de un folleto informativo con instrucciones sobre el montaje, la utilización y la conservación de los juguetes. Y, por último, en francés, se estudió el vocabulario relacionado con los sentimientos y las emociones.
Por último, en el ámbito formativo y educativo también se reconocerá la labor que desarrolla el Ayuntamiento de Zamudio por promover la ciencia entre los más jóvenes de la localidad mediante la realización de diversos talleres apostando por un conocimiento más profundo de las tecnologías y un uso adecuado de ellas.