En un ámbito totalmente diferente al deportivo –el educativo–, en Busturialdea y Lea-Artibai existe una buena red de centros públicos en pequeñas localidades que no sobrepasan los 2.000 habitantes de población como Mundaka, Busturia, Muxika o Amoroto. Las eskola txikian –escuelas pequeñas– son sustento de esos municipios. Esta es otra de las realidades que conviven día a día en ambas comarcas. Pero hay uno que es el más pequeño entre los más pequeños. Es Montorre Herri Ikastetxea, que hace que Gautegiz Arteaga siga siendo un municipio con vida. “Lo dice la canción de Eskola txikiak: las escuelas pequeñas dan vida a los pueblos pequeños. ‘Eskola txikiak, herri biziak’ –escuelas pequeñas, pueblos vivos”. Así se manifiestan desde la dirección del centro público, a cuyas aulas asisten día a día 27 menores de entre 2 y 12 años.

Y es que ser pequeños en tamaño no supone merma alguna en la calidad de la enseñanza educativa que se presta desde Montorre Herri Eskola. “Somos una familia. Hay que tener en cuenta que todos los que formamos la escuela –alumnado, profesores, padres y madres– somos del pueblo o de las inmediaciones. Los propios progenitores, que en muchos casos han pasado por las aulas del centro educativo, son parte de la escuela, como por ejemplo en las diferentes celebraciones que realizamos”, desvelan desde la dirección. Ello imprime uno carácter diferencial al centro, al igual que lo hacen las propias características de Gautegiz Arteaga. Así, no es de extrañar que el centro educativo lleve años sumergido en diferentes iniciativas del cercano Urdaibai Bird Center o el bertsolarismo. “No sabría decirte cuando surgió la escuela, pero sí que es parte fundamental de Gautegiz Arteaga desde siempre. Y queremos que lo siga siendo en el futuro”. Que así sea.