NCERRADAS en el confinamiento en un municipio disperso y con noticias que hablaban constantemente de fallecimientos y de una población de edad especialmente vulnerable al virus, las mujeres de Galdames encontraron un bastón emocional en el programa Compartimos un café, promovido desde el Ayuntamiento, la asociación de desarrollo rural Enkarterrialde y la Fundación BBK a través de la empresa Zuentzat. Se había activado en otoño de 2019 con encuentros semanales para intercambiar experiencias y se adaptarse al contexto.

En las sesiones presenciales que comenzaron a celebrar "daban la bienvenida, contaban cómo había ido la semana, hacíamos ejercicios de memoria, traían temas de interés de cada una€". La segunda parte "consistía en el café propiamente dicho y corregíamos la tarea cognitiva", describe Begoña Frutos, psicóloga de Zuentzat y socia junto a la también psicóloga Ana María Camarón. Además, participaba "la integradora social Irune Guinea como una figura más dinamizadora" en las citas de los martes.

Antes de la pandemia "ya se había creado un grupo de WhatsApp que nos resultó muy útil en el confinamiento" y con las tres personas que no lo tenían instalado "contactábamos por teléfono y les acercábamos las tareas a casa". A alguna de las participantes "le ha entrado el gusanillo del WhatsApp ahora para mantenerse en contacto". Las últimas semanas del proyecto "nos atrevimos con videollamadas de hasta cuatro personas". Verse la cara "supuso un espaldarazo muy importante en las circunstancias tan complicadas que estábamos viviendo y estoy convencida de que para ellas ha sido como una terapia".

Además, en la cuarentena "difundimos un vídeo por Facebook con el lema de que volveríamos a vernos", una manera de infundirse ánimos mutuamente en momentos críticos. Y es que "una de ellas enviudó mientras estábamos enclaustrados en casa en una época en la que no se podía despedir a los seres queridos". Sus compañeras se convirtieron en un importante apoyo en el duelo "acompañándose en lo emocional y también en el miedo de ser un colectivo vulnerable o a salir a la calle" mientras el virus aún no ha desaparecido.

El proyecto hubiera terminado a primeros de mayo, sin embargo "el Ayuntamiento de Galdames decidió prorrogarlo a primeros de junio porque estaba haciendo mucho bien a las participantes". En Zuentzat "todavía desconocemos qué ocurrirá en otoño". Pase lo que pase, "el objetivo de construir una red de contacto entre las mayores del municipio ya se ha cumplido, yo les digo que sigan en contacto, aunque ya no sea con nosotras".

Y, dentro del sombrío panorama general, se sienten reforzadas y escuchadas por la administración municipal. "Cuando en diciembre les pasamos un cuestionario diagnóstico de su situación mencionaron que había oferta de ocio para la juventud y que a ellas les venía mejor otro tipo de horario porque su situación vital no es la misma sin obligaciones escolares ni laborales y pueden acudir en otros momentos. El Ayuntamiento lo escuchó, ha sido sensible y ha puesto actividades de gimnasia de mantenimiento por la mañana entre la oferta de los cursos municipales", agradece la psicóloga de Zuentzat, la entidad que también colabora con el hogar del jubilado de Balmaseda, que se caracteriza también por su enorme vitalidad.