"Sin saber si lograremos el reto de estar 24 horas seguidas andando, puedo decir que ya he ganado. Puedo decir que hemos ganado todos como sociedad porque ayudando a visibilizar el cáncer infantil, ayudando a visibilizar el cáncer, ganamos todos porque cualquiera de nosotros o de nuestros seres queridos puede padecer esta enfermedad". Esta frase la pronunció Mikel Peña escasos minutos después de iniciar su reto de estar 24 horas seguidas andando, dando pasos para que se dé una mayor visibilidad al cáncer infantil y, también, para recaudar fondos en favor de Aspanovas. Minutos antes de estas declaraciones se dio el pistoletazo de salida a la IX edición de la carrera Mujer Coraje que, cada año, organiza el Club Atletismo Bihotz Aratz de Portugalete y que en esta ocasión ha adoptado el nombre de Sigue el Camino de Mikelontxon.

El inicio del reto puso imagen al apoyo de todo un pueblo a esta causa, al apoyo de toda una villa para seguir el camino que Mikelontxon con su tesón y su sonrisa acompañada de sus icónicas gafas de pasta negra inició hace más de tres años. En total, se repartieron más de 6.000 dorsales y diversas empresas y entidades apadrinaron kilómetros de este reto en el que Mikel Peña no está caminando solo. Ni mucho menos. "Portugalete siempre se vuelca con las causas solidarias. Es increíble el apoyo que han dado siempre no solo a las iniciativas que nosotros impulsamos, sino a otras muchas y eso es de agradecer", señaló Mikel Peña.

A paso ligero, tanto Mikel como los participantes que fueron acompañándole en los primeros minutos del reto, fueron cubriendo los primeros metros. Tras la salida en el paseo de La Canilla tomaron dirección a Sestao y ya en la localidad del corte de la ría homenajearon a Oihan, un niño que como Mikelontxon, no pudo superar un cáncer. Mikelontxon estaba presente en la prueba de muchas maneras desde las banderas con su nombre, una pancarta con las gafas negras de pasta... "Hasta buen día os ha hecho, Mikel", le dijeron a Mikel Peña. "Ya sabes que tenemos a alguien ahí arriba que nos cuida a todos para que salga todo bien", respondió Mikel en referencia a su hijo. Oihan también estuvo presente en todo momento. Un corazón con su nombre en letras blancas le recordaba en las camisetas de muchos participantes. A cada vuelta que Mikel y sus acompañantes daban al circuito de cuatro kilómetros por el que se está desarrollando el reto, los ánimos y las palabras de admiración se sucedían. Es una muestra del cariño que Portugalete tiene a esta familia que vio cómo el cáncer se llevaba a Mikelontxon en junio de 2019. "Muchas veces hablan de la lucha... Lo que realmente cura son las medicinas y hay que trabajar porque cada vez haya mejores medicinas, mejores formas de afrontar el cáncer infantil en particular y, en general, el cáncer. Para eso hay que dar visibilidad a la enfermedad y tener recursos para la investigación", reconocía Mikel.

Detrás de cada niño o niña enfermo de cáncer hay una familia. Unos padres y madres que dan la vuelta a su vida para tratar de que sus hijos tengan la mejor calidad de vida posible durante la enfermedad, pero esos padres y madres necesitan apoyo y, en muchísimas ocasiones, la asociación Aspanovas se convierte en el principal asidero de estas familias. Por ello, Mikel Peña decidió que lo que se recaudase en el marco de esta iniciativa se destine a Aspanovas. "Ellos lo son todo para nosotros. Son imprescindibles para las familias que tienen un niño con cáncer, nos ayudan y nos cuidan", expuso Mikel mientras cubría a toda prisa los primeros kilómetros del reto. "Luego ya reduciremos el paso un poco", aseguró este hombre que ha estado preparando este reto haciendo tiradas de 60 kilómetros y días más relajados en los que las caminatas se reducían a la nada despreciable distancia de 30 kilómetros.

A lo largo del recorrido, en las inmediaciones del Puente Colgante, la asociación Aspanovas estableció un puesto en el que se vendían muñecos y demás productos para recaudar fondos para esta asociación. "Es muy bonito ver florecer iniciativas impulsadas por las familias. Para nosotros ver familias como la de Mikelontxon y otras es una motivación más para seguir trabajando en nuestro día a día", indicó Ainhoa Fernández, coordinadora de Aspanovas. Hasta ese puesto se acercaron personas interesadas en poner su granito de arena en favor de esta asociación más allá de su participación en esta prueba. Mientras todo eso ocurría, Mikel Peña y sus colaboradores entre los que destacaban su esposa, Sonia López y José Miguel Fernández Castro seguían dando pasos por el circuito de cuatro kilómetros de longitud creado para la ocasión. Pasos muy necesarios para hacer ver a la sociedad que queda mucho camino por recorrer en la investigación del cáncer. El reto concluirá hoy a mediodía y después llegarán las agujetas para Mikel Peña y sus colaboradores, pero ya con las miras puestas en otra acción. "Estoy seguro de que haremos alguna acción más", afirmó Mikel Peña, quien durante este reto ha comprobado que nunca caminará solo.