- En septiembre de 2012, el Ayuntamiento de Trapagaran organizó en el Palacio de Olaso una exposición sobre la figura del insigne escritor local, Luis de Castresana, con la que se pretendía recuperar la vida y obra de este escritor nacido en el barrio de Ugarte, que sufrió los horrores de la Guerra Civil siendo uno de los niños de la guerra que partió hacia Europa huyendo de tanta crueldad. La exposición contó con diversos paneles que recogían más de cien fotografías del autor y numerosos efectos personales, que cedió la familia para esta ocasión, como varios manuscritos, entre ellos el de El otro árbol de Guernica, o diversas ediciones de sus obras, cuadros, diferentes premios -entre ellos el Nacional de Literatura- o la camiseta que con el número 12 le regaló el Athletic de Bilbao.

De aquella muestra surgió una intensa relación con la familia que habría desembocado en la adquisición por parte del Ayuntamiento de Trapagaran de algunos efectos personales del periodista y escritor que pasará a formar parte de los elementos culturales que acogerá el rehabilitado caserío Aiestaran cuyas puertas se abrirán al público a lo largo del próximo otoño.

"Aún no está definido de qué manera se hará patente la figura de Luis de Castresana porque queda por decidir cuales de sus efectos van a estar presentes en el caserío y que lugar se puede habilitar", señaló a DEIA la concejala de Cultura, Silvia Mera quien confirmó que, una vez finalizado la equipación del mobiliario y la dotación de maquinaria prevista para este equipamiento, "estamos a punto de licitar el servicio de telecomunicaciones que dé servicio al edificio y a las posibles actividades que allí se programen". Reacia a desvelar más detalles sobre los materiales que se exhibirán en Aiestaran -hay quien menciona la máquina de escribir que utilizaba el escritor-, Silvia Mera reconoció que se expondrá una fotografía que está restaurando el Museo de la Minería del País Vasco "que en principio se pensaba que era de una mina de Bilbao y es una vista preciosa desde Zaballa hacia el Ayuntamiento".

Las posibles utilizaciones para el caserío Aiestaran fueron elaboradas contando con la participación de la ciudadanía, posibilitando actividades culturales y también sociales. Así, en la planta baja estarán los talleres de cocina, además de un office, un almacén y un txoko social. Aprovechando la instalación de una cocina industrial en la planta baja para el taller de cocina, se habilitará también un txoko social, es decir, "un espacio municipal que cuadrillas y familias de Trapagaran podrán reservar para organizar allí sus comidas y celebraciones, respetando siempre una serie de normas fijadas por el Ayuntamiento", recordó Mera.

Por lo que respecta a la planta superior, esta estará divida en salas para cerámica, pintura y otras necesidades culturales que puedan surgir. Habrá dos salas para actividades sucias y semisucias. La sala de actividades sucias está pensada como taller donde se puedan enchufar herramientas de trabajo de pequeño tamaño (sierras de calar, soldadores, etc.) y la de actividades semisucias es una sala con más polivalencia, pensada para talleres de manualidades más sencillos e incluso talleres con puestos de trabajo informáticos. En este sentido, la edil jeltzale indicó que con el futuro traslado de los talleres de cerámica y pintura al caserío "se podrá ofertar un mayor número de plazas y se abre la puerta para talleres de creatividad y formación de los vecinos y vecinas, de modo que pueda haber cursos de lectura, de pintura y de escritura, además de otras propuestas abiertas a la ciudadanía".

El caserío Aiestaran es una edificación bifamiliar de planta rectangular, situado en el cruce de las calles Funicular y José Rufino Olaso, que tuvo uso residencial hasta el 12 de junio de 2012, momento a partir del cual el edificio quedó vacío. Aiestaran es un caserío construido a comienzos del siglo XIX siguiendo el modelo de caserío rural de las Encartaciones, que incluye detalles de arquitectura urbana tales como columnas, molduras y remates de piedra arenisca. Hoy en día está inmerso en un entorno completamente urbano en el que da testimonio de los valores culturales que lo hicieron surgir. La casa está protegida desde el 13 de enero de 2009 cuando el Departamento de Cultura del Gobierno vasco la declaró bien cultural como la categoría de monumento. El caserío, asentado en una parcela de 626,47 metros cuadrados, tiene edificados 219 metros cuadrados en la planta baja y 230 metros cuadrados en la primera planta.

"Aún no está definido cómo se va a hacer patente la figura de Castresana porque hay que elegir sus efectos "

"La intención municipal es que el caserío Aiestaran abra sus puertas este otoño"

Concejala de Cultura