Dicen que "si algo que te gusta no existe, créalo". Rafa Balparda y Markel Elorza son de esa filosofía de vida y muestra de ello es el proyecto de Basque Happinness Rock Choir, un coro que, a través de las canciones de rock y pop busca crear comunidad y un punto de encuentro para que la ciudadanía se divierta y, de paso, desconecte de sus preocupaciones, al menos, durante un rato. Hace poco más de un año, la mujer de Rafa estaba buscando un coro en el que cantar, pero no buscaba un coro tradicional, si no una formación en la que se pudiesen entonar temas rock y pop de distintas épocas. En vista de que la búsqueda estaba siendo infructuosa, Rafa se propuso crear un proyecto de este tipo y encontró en Markel Elorza, un amigo de la infancia, el compañero ideal para iniciar la iniciativa. "La creación de este proyecto fue un cúmulo de casualidades. No encontrábamos por las inmediaciones ninguna opción para ir a cantar cada semana canción moderna y mi mujer y yo pusimos un llamamiento en Facebook para ver si alguien se animaba a cantar rock y respondió Markel, que es amigo mío de toda la vida", explica Rafa.

Entonces, ambos se pusieron manos a la obra en dar forma y cuerpo al proyecto, todo ello, en mitad de la pandemia. "La verdad es que pensábamos que los efectos de la pandemia durarían menos", reconoce Markel. Fueron sentando las bases del proyecto y llegaron a un acuerdo con la Escuela de Música Arteta de Barakaldo, donde se les cedería un espacio para hacer una sesión semanal. "Me pareció una iniciativa muy bonita y con mucho futuro, una actividad que casa completamente con las actividades que queremos acoger en la escuela para ayudarles a crecer", indica Susana Arteta. Con todo, fueron recabando apoyos y adeptos para la causa de Basque Happinness Choir. "Desde el principio, se han animado más mujeres que hombres, eso ha sido una constante. Nuestro objetivo es crear un espacio, un lugar en el que la gente cante y disfrute. Creemos que la música es un vehículo muy bueno para que la gente se anime tal y como se vio durante el confinamiento. Cuando la gente canta, está más contenta", apunta Rafa. Así, a finales de septiembre inauguraron lo que sería el primer curso de este proyecto, lo hicieron siguiendo todos los protocolos que marca la pandemia, pero pronto, se hizo imposible celebrar sus actividades ya que la pandemia, entre ola y ola, se hacía fuerte en Euskadi. Pisaron la Escuela Arteta por última vez el pasado mes de noviembre y no fue hasta el pasado miércoles cuando pudieron volver a reunirse. "Es casi como empezar de cero, para solo un mes, pero lo hacemos con muchísima ilusión", explican los impulsores de este singular coro en el que lo mismo se canta una canción de Amaral que temas emblemáticos de la década de los 70 y 80. De esta manera, la del pasado miércoles era una jornada de reencuentros, de volver a verse las caras tras medio año de parón en el que el grupo de Whatsapp de este proyecto ha servido de vínculo entre quienes ya forman parte de la iniciativa. Montse es una de esas personas que ponen su voz y su gusto por la música a este coro. "Ya había hecho otras actividades ligadas a la música y Susana Arteta me comentó que nacía este proyecto y no dudé en participar. Venimos a pasarlo bien, a disfrutar de algo que teníamos ahí guardado y que no habíamos hecho. La verdad es que estos seis meses que no hemos podido cantar lo he echado mucho de menos", explica Montse. Disfrutar cantando, que la música sea un vehículo ideal para que las personas se relacionen y, también, mejorar su calidad de vida. "Venir aquí es como una terapia porque lo que sientes una vez has estado aquí hora y media cantando es magnífico. Sientes un buen rollo tremendo y te juntas con otra gente. Lo hacemos, además, de forma segura, con mascarillas y respetando la distancia de seguridad", indica Manu, otro de los participantes en este coro.

Ahora, antes de verano, estas sesiones servirán para que la iniciativa vuelva a retomar el pulso que la pandemia le ha hecho perder y, de paso, ir perfilando lo que será el próximo curso. Además, este proyecto ha nacido con estrella, ya que el pasado mes de noviembre fue premiado con el primer premio del Concurso de Ideas Empresariales de Ezkerraldea y Meatzaldea en materia de Emprendimiento Social. Una nota positiva más para un coro que busca en las canciones que canta la energía para ser un poco más felices y la excusa para interactuar con otras personas.

"El objetivo es crear un lugar en el que la gente disfrute. Cuando la gente canta está más contenta"

Creador Basque Happinness Rock Choir

"Venir es como una terapia. Es magnífico lo que sientes tras haber cantado hora y media"

Miembro de Happiness Rock Choir