El pasado año fue complicadísimo en todos los niveles de la vida y las restricciones impuestas a la movilidad para tratar de poner freno a la pandemia han afectado muy seriamente al turismo. En este sentido, dentro de lo atípico del pasado año, el turismo jarrillero no se ha hundido y se ha mantenido a flote gracias a la llegada de visitantes, sobre todo, desde otros puntos de Euskadi y del Estado. En estos tiempos tan difíciles, el turismo interior ha sido, en más de un caso, el salvavidas de un sector que antes de la llegada de la pandemia estaba en pleno crecimiento en la noble villa. "Podemos decir que el turismo ha resistido en Portugalete y en esta ocasión hemos tenido un mayor porcentaje de turismo interior, que no un número mayor, de visitantes", señaló Mikel Torres, alcalde jarrillero.

Y es que el turismo internacional acabó en febrero de 2020, desde marzo, con la pandemia y las restricciones a la movilidad, el contador de visitantes llegados más allá de las fronteras del Estado se quedó prácticamente a cero. Es complicado dar una cifra exacta de visitantes a Portugalete el pasado año, pero lo que sí está claro es que esa cifra está muy lejos de los 130.000 turistas que llegaron en 2019 a la noble villa. Pese a todo, el pasado año Portugalete se consolidó como el segundo destino turístico del territorio y por su oficina de turismo pasaron más de 6.000 personas en busca de información sobre la localidad. Uno de los termómetros para medir el potencial turístico de la villa es el Puente Colgante, uno de los dos Patrimonios de la Humanidad de los que dispone la localidad. El transbordador cuenta con la pasarela como uno de sus grandes atractivos turísticos y allí, a lo alto del Puente Colgante se subieron 20.631 personas, por poner en perspectiva respecto a un año normal, esta cifra supone poco más de un tercio de las 60.000 personas que pasaron por esta pasarela en 2019. El Puente Colgante fue el único Patrimonio de la Humanidad del que se pudo disfrutar en Portugalete durante gran parte del pasado año porque la Ruta Norte del Camino de Santiago se vació de peregrinos debido a la situación sanitaria. Tampoco hubo las tradicionales visitas guiadas organizadas en verano por los Amigos de la Basílica de Santa María al templo. Por su parte, a través del programa Embajadores de Portugalete se informó a 306 personas sobre los atractivos con los que cuenta la villa.

Futuro incierto

Como en casi todos los órdenes de la vida, el porvenir del turismo jarrillero es incierto de cara al verano. El ritmo de vacunación y los niveles de contagios de la pandemia marcarán las restricciones que habrá en el próximo periodo estival. Esas posibles restricciones mantienen aún en el aire si habrá Camino de Santiago tal y como se conoce el próximo verano en una fecha tan importante como es el año Xacobeo. Las restricciones dirán si el camino puede hacerse desde diferentes lugares o solo podrán hacerlo gallegos desde su comunidad. Desde el Consistorio jarrillero, permanecen atentos a los cambios que pudiera haber en este sentido. Esas restricciones también pueden marcar otros tipos de turismo como es el turismo internacional. Solo el tiempo y el progreso de la pandemia tienen la respuesta a lo que ocurrirá en verano, pero, de momento, Portugalete se ha aferrado al turismo interior.