N 2015 contó su experiencia en calidad de finalista por primera vez del premio Planeta. En 2019 confió a los fieles del club de lectura que estaba inmersa en un ilusionante proyecto del que pronto podría aportar más detalles, relacionado con La isla de las musas, la obra que procuró a Verónica García-Peña su segundo reconocimiento entre los mejores del galardón literario más prestigioso a nivel estatal en 2017. Estas navidades quería compartir en el municipio donde creció el nuevo logro de su carrera: que este relato nacido de un sueño “muy nítido donde veía a una mujer hermosa ataviada con un impresionante vestido blanco de seda y gasa paseando desmemoriada por un puente de madera en un jardín de robles” que corrió a poner por escrito al despertar ya puede adquirirse en las librerías tras su fichaje por la editorial Suma de Letras.

Ha visitado la casa de sus padres en Zalla en un viaje fugaz desde Gijón y por las restricciones sanitarias, con los contactos muy limitados, así que esa ocasión deberá esperar. De la misma forma que el coronavirus ha impedido el encuentro con los lectores, condiciona una labor de promoción totalmente distinta de lo que se había imaginado cuando contactaron con ella “el año pasado por estas mismas fechas”. “Al principio me sorprendió, no me lo esperaba. Otras veces había llamado a puertas y siempre decían que no o no contestaban”, narra. Una doble alegría, puesto que “no solo les interesaba la novela, sino mi trayectoria”. Con dos comparecencias como finalista en el Planeta, “no me había dado por vencida a pesar de no encontrar una editorial adecuada y había buscado otra forma de llegar a la gente, consiguiendo cierta visibilidad”. Por ejemplo, “El ladrón de sueños, la anterior, sigue cosechando éxito en Amazon aunque sea autopublicada”. Una serie de factores que “influyen en que hayan apostado por mí”. La editorial “me permite llegar a más sitios”, aunque la pandemia le haya privado de momento de “disfrutar de las ferias del libro, recorrer ciudades o las presentaciones, ese tipo de cosas que van asociadas a las publicaciones tradicionales y me han dejado una espinita clavada”. Como cuando acude a la biblioteca de Zalla, “me da rabia habérmelo perdido, pero espero que se pueda retomar este año”.

Además de facilitar las entrevistas que realiza para dar a conocer La isla de las musas, la tecnología y las redes sociales se han convertido en el escaparate a través del cual la gente le envía fotos del libro y comenta lo que les ha calado la historia de amor con un sorprendente desenlace protagonizada por un escritor en crisis creativa y lagunas de memoria que ahoga sus penas en absenta. Vive en un caserón de una isla gallega en 1936, ya empezada una Guerra Civil que proporciona “el marco histórico”. Verónica se autodefine como escritora “de mapas”, que sabe dónde empiezan y dónde termina el viaje de los personajes. Integra la naturaleza “utilizando experiencias o lugares que he visitado”. En este caso, las playas de mar embravecido serían “las islas Cíes”; para un cementerio recuperó una tumba del camposanto de Soria “con un ángel”. Y una niebla “más espesa a mayor pérdida de recuerdos de los protagonistas” envuelve todo “a la manera de los cuentos góticos en los que pareciera la naturaleza muestra sentimientos”.

Protervo, rijoso, fusco, párvulo, piélago, columbrar... son algunos términos “del estilo ampuloso del escritor protagonista” que emplea la autora inspirada “por las obras clásicas” que también cultiva una faceta periodística de columnista y entrevistadora en radio y prensa escrita. “Aunque me voy acostumbrando”, se reconoce “más cómoda preguntando que respondiendo”. Si pudiera conversar con cualquier personaje literario, interpelaría “a Lady Macbeth: qué sintió cuando que todo aquello que había iniciado se iba al garete” y, junto con su libro, pediría a los Reyes Magos, “La oscuridad es un lugar, de Ariadna Castellarnau. Y una novela corta, La vida verdadera, de Adeline Dieudonné”.

Este paso llega tras autopublicar su anterior obra, que también obtuvo un reconocimiento en el prestigioso galardón

Es la historia de un escritor protagonista de un trágico romance en la Galicia de 1936 que ha perdido la memoria