Puede que el coronavirus les arrebatara el multitudinario recibimiento a Olentzero, pero no la esencia de estas fiestas. Y es que en Nochebuena José Ángel Gauna recorrió Zalla con su burro, ZallaChispas, "para que los niños mantengan la ilusión navideña, se suban a la carreta y se saquen fotos si quieren". Repite el periplo fines de semana "y otros días que haga bueno" arrancando una sonrisa tanto a pequeños como a mayores con esta insólita imagen más propia del pasado, pero con el matiz de que el animal porta mascarilla: "una anécdota para hacer un guiño de humor a esta situación".

Nacido "en un caserío" en su casa "siempre hemos criado burros". Recuerda cómo "cuando yo era jovencito" este animal se convertía en imprescindible: "para bajarnos al médico o a las compras a los cuatro hermanos o en la huerta". Y en la época del apogeo minero "los burros autóctonos de las Encartaciones, dotados de una notable fuerza, se empleaban para sacar las carretas de hierro porque los túneles de las minas no ofrecían excesiva altura".

Los asnos han formado y forman parte de su hogar, así que "los trato con un gran cariño y están muy bien cuidados", asegura en respuesta al debate que suscitó en redes sociales una imagen de Chispas en el centro de Zalla. José Ángel ha fabricado dos carretas "que con los años he cedido desinteresadamente a mucha gente, por ejemplo, en el desfile de la bruja Lucía de Aretxaga" que da inicio a las añoradas fiestas patronales de San Miguel. Antes de que llegara la pandemia también colaboró con el Ayuntamiento para ofrecer a Olentzero la logística para que pudiera depositar las cartas que le entregaban los más pequeños en la bienvenida en el frontón, así como los regalos reservados para las casas la noche del 24 de diciembre.

Esta Navidad "sin apenas iniciativas populares" por el peligro de las aglomeraciones en la evolución de la pandemia, ha querido ofrecer lo más parecido a la comitiva del bonachón carbonero. "Bajamos de la zona alta de Soiano, nos acercamos al núcleo de Mimetiz, compramos el pan y el periódico, de vez en cuando nos vamos a tomar un blanco, damos una vuelta por Ibarra y con la misma volvemos", describe. En Zalla hay quien conoce los nombres de algunos de los burros que ha tenido: "Macario, Ricky Martin, otro igual que un papa...", bromea.

Chispas en concreto no pertenece al grupo autóctono de las EncartacionesChispas que José Ángel Gauna lucha por preservar a través de la asociación vizcaina Asbizbuen "bajo el paraguas de Lorra". Varios de sus burros han resultado galardonados en la monográfica de la feria de San Andrés y La Inmaculada de diciembre en Gordexola, otro de los eventos de la comarca damnificados por el coronavirus en el que se dan cita burros encartados "también de Gipuzkoa o Araba". "Los cruces y lo demás está todo legislado con el análisis de la sangre y hay que pasar un control para comprobar que reúnan unas características estándar de la raza", explica. Así, lucen un color "negro con morro blanco, pezuñas bien redondas y la tripa un poco blanca". Con el modo de vida rural más relegado, "principalmente se dedican a comer y mantener los prados en condiciones".

Alma de Zókita

Y él además de mimar a los animales, cuida de San Isidro de Zókita de Zalla, la ermita "particular, no de la diócesis". El domingo anterior o posterior al 15 de mayo se celebra una romería. En las dos últimas ediciones precovid también se organizó una carrera de montaña "hasta el pico Bandera". José Ángel viajó tras los pasos de Domingo Acasuso, el hombre que donó una campana a Zókita y promovió la construcción de una réplica del templo en Argentina. "Les llevé fotos de aquí, ¡querían saberlo todo!", rememora.

"Se trata de que los niños mantengan la ilusión, que se suban a la carreta y se saquen fotos si quieren"

"Pertenezco a la asociación vizcaina del burro autóctono de las Encartaciones"

Ganadero