proyecto Erasmus+ del instituto de Balmaseda poner en alerta frente al acoso escolar.

Bajo el título de Who we are?¿Quiénes somos?, compartirán experiencias con adolescentes de Italia, Rumanía, Polonia, Lituania y Turquía. Participarán "tanto estudiantes de primero como de segundo de Bachillerato", indica Arrate Añibarro, que cursa la rama de letras. De momento, "hemos llevado a cabo una competición para dar a conocer el eslogan en redes sociales" y han visibilizado su apoyo a diversidad con iniciativas como acudir a clase llevando un calcetín de cada color, señala Javier Otxandiano, otro de los estudiantes. Con la frase Ixiltasuna uztenpretenden simbolizar que "si ves que se está produciendo una situación de bullying deberíamos intervenir", añade Josu Novales, que no las ha presenciado en el instituto. De hecho, cuando saltó a los titulares el caso de un joven bilbaino que recibió una reprobación por ir a clase con falda muchos repitieron el gesto para trasladar su apoyo.

La tecnología les ayuda a acortar los miles de kilómetros de distancia con sus interlocutores a través de una plataforma que les permitirá reflexionar acerca de lo que se considera acoso escolar y cómo reaccionan en los países que intervienen en el proyecto. Este curso les hubiera tocado volar a Polonia y Turquía para continuar con el trabajo a cinco alumnos por cada centro escolar, seleccionados de acuerdo a un sistema por puntos que contiene ciertos baremos, "como que los aspirantes no hayan suspendido más de dos asignaturas, que entre ellas no figure el inglés y que los expedientes estén libres de faltas escolares", detalla Roberto Serrano, profesor de literatura y euskera. "Se supone que en mayo viajaríamos a Turquía€", dice Lucía Pereda. Aunque consigan completar el trayecto deben saber que no serán unas vacaciones, sino que pasarán "toda la semana trabajando y convivirán con familias de la zona", vivencias "que les marcan en la vida y les transforman en personas más maduras al volver", explica el docente.

El programa europeo Erasmus + nació para respaldar la educación, la formación, la juventud y el deporte europeo para centros escolares, universidades, centros de investigación o empresas. Más de cuatro millones de personas (dos millones de estudiantes, de educación superior, 650.000 de educación y formación profesional, 800.000 profesores y trabajadores de sectores relacionados con la juventud y 125.000 centros escolares) han participado. En Enkarterri, el centro San Viator de Sopuerta también cuenta con una dilatada trayectoria de cooperación a nivel europeo.

Un año raro

En marzo, Balmaseda fue la primera localidad vizcaina en cerrar colegios ante la expansión del coronavirus pocos días antes de que se decretara el confinamiento. Apenas un mes antes el instituto había conmemorado sus bodas de oro con una jornada de puertas abiertas seguida de una comida popular en el frontón. Cuando llegó la crisis sanitaria "lo pasamos un poco mal porque se trataba de una situación completamente nueva", por lo que la vuelta a clase, con todas las cautelas posibles, supuso un revulsivo para alumnado y personal docente. Y es que, además, atraviesan una etapa crucial de su formación académica que comenzará a encauzar su futuro. "Estamos pensando qué estudiar cuando salgamos de aquí", comentan los escolares.

Comparten mensaje con centros de Italia, Rumanía, Polonia, Lituania y Turquía, donde tienen previsto viajar de intercambio en mayo