Las palomas forman parte del paisaje urbano de nuestras ciudades y pueblos lo mismo que conviven con nosotros colonias de gatos silvestres o asilvestrados y perros vagabundos o abandonados. Situaciones todas ellas que, por unas u otras razones, generan conflictos en algunos sectores de la ciudadanía y que pueden degenerar en sucesos como el vivido en las últimas semanas en el barrio de Las Acacias en Muskiz donde una o más personas se han dedicado a arponear con una ballesta a estas aves cuya imagen está vinculada a diversas simbologías como la pureza o la paz universal. Sin embargo alguien les ha declarado la guerra y por lo menos ya se ha constatado la muerte de cuatro aves que habían sido asaeteadas con unos dardos metálicos mientras que una ha sobrevivido -a pesar de había recibido dos impactos, uno de ellos en el cuello- gracias a los cuidados de una vecina de Gamiz-Fika que se desplazó a Muskiz para hacerse cargo del animal.

"No sabemos a ciencia cierta el número exacto de ejemplares a los que se han podido alcanzar con estos arpones metálicos pero ya hemos recogido varios ejemplares que presentaban uno o dos flechas clavadas en su cuerpo alguna de las cuales han fallecido", señala a DEIA un portavoz de la asociación de defensa de los animales Lagun Izan de Muskiz que este pasado viernes presentó una denuncia en la comisaría de la policía de la localidad minera.

"El hecho en sí ya es de por sí grave ya que, por lo que hemos podido averiguar con cazadores profesionales que utilizan ballestas para la caza del jabalí, este tipo de dardos se lanzan con unas ballestas de pequeño tamaño, muy fáciles de ocultar, que pueden adquirirse fácilmente por Internet y que tienen potencia suficiente a 10 o 15 metros pero que suponen un gran peligro por su inestabilidad", apuntan desde la protectora Lagun Izan.

PATIO DE LA Ikastola

Para los miembros de Lagun Izan uno de los detonantes de la presentación de la denuncia fue el hecho de que la bandada de palomas que está instalada en el polígono San Juan suele dejarse ver por el patio de la ikastola "y los pobres niños y niñas han visto a las palomas heridas y por lo que nos cuentan lo han pasado mal. No entienden por qué les hacen eso a estos animales", comentan. Cierto es que las altas concentraciones de palomas en determinados espacios urbanos se encuentran favorecidas por su buena adaptación al entorno urbano, a sus posibilidades de nidificación y a la cantidad de alimento que hallan.

Cuestión esta última que genera no pocos problemas al igual que con el resto de los animales callejeros y que está en el descubrimiento del ataque a las palomas. "Como miembro de la asociación de Muskiz en defensa de los animales, acudí a mediar en un conflicto vecinal por alimentar gatos ferales (callejeros). Estando en el interior de un domicilio, pude comprobar como caía comida y restos de basura desde algún piso superior, y cómo un viandante reprochaba su comportamiento. Al bajar a la calle no esperaba encontrar una paloma con una flecha clavada en su cabeza. Preguntando a los y las vecinas, parece que esta situación se reproduce desde hace algún tiempo, y que los y las niñas de la ikastola, que está cerca de la zona, observan horrorizados las palomas arponeadas en el recinto escolar", explica el portavoz animalista que hace un llamamiento a la serenidad.

"Sobre todo, hemos puesto la denuncia ante la Policía Local y queremos hacer pública la situación para hacer recapacitar a la persona o personas que disparan a las palomas sobre su actuación y el riesgo que implica. Hoy son las palomas pero mañana puede disparar contra cualquier otro animal,...", alerta el portavoz de Lagun Izan quien pide la colaboración ciudadana para localizar al responsable de este maltrato animal. "Pensamos que efectivamente hay que buscar soluciones al problema de alimentación y control de las colonias de gatos con el método CES o bandadas de palomas con palomares ecológicos, pero en ningún caso matándolas", propone.