La estampa de la plaza de toros de Turtzioz repleta de puestos, txosnas y gente que toma txakoli o talo despreocupadamente mientras disfruta del día festivo del 1 de noviembre no se repetirá el domingo. El Ayuntamiento optó hace semanas por anular la feria del Gazta Eguna porque ya entonces "no lo veíamos claro y no se atisbaba mejora", según explica el alcalde, José Manuel Coterón. La actual situación, con limitación de movilidad entre municipios y el cierre perimetral tanto de Euskadi como de Cantabria, limítrofe con Turtzioz, evidencia que poca alternativa cabía.

Un varapalo más en este año del coronavirus que sufren las queserías asiduas de la feria. El año pasado la alavesa Aguiñiga recibió los elogios del jurado compuesto por el veterinario Francisco Dehesa, Leyre Barreras, fundadora y gerente de la empresa turística Leykatur de Karrantza y el cocinero Raúl Rincón. Vencedores del concurso, "solemos acudir a esta cita porque nos encontramos muy a gusto y apostamos por la venta de cercanía". En Enkarterri, también instalan puesto en la feria de Gangas Eguna de Zalla.

Este año, sin embargo, "ni siquiera hemos llamado para preguntar por las ferias porque intuíamos que no podrían celebrarse". Despojados de este escaparate, se vuelcan en los mercados semanales de Amurrio y Laudio y las carnicerías que venden sus productos. "Mercadillos y carnicerías nos están tratando muy bien" para intentar compensar la bajada de la facturación en los eventos populares. Estos días, ante la creciente alarma por las cifras récord de contagios por covid-19, miran con preocupación a la campaña de Navidad. "No sabemos si se podrán organizar actividades, que en todo caso estarían restringidas en cuanto al aforo", pronostican.

Su esperanza reside en que las familias tiren de productos de la tierra para las comidas y cenas festivas de fin de año y bienvenida a 2021, como ya ocurrió durante el confinamiento. "Más al principio, luego con la desescalada la gente fue retomando sus hábitos" y pasando menos tiempo en la cocina.

En Quesería Aguiñiga cuidan a "250 ovejas" sin que la pandemia se haya traducido en una reducción de su producción de Denominación de Origen Idiazabal y Gazta Zaharra. Al abrigo de la Sierra Salvada, forman parte de la asociación, garantizando que la leche procede directamente del rebaño, lo que ofrece un plus de calidad.