museos de Enkarterri ofrecen experiencias variadas cerca de casa

La exposición más completa nunca realizada en torno a la figura de Antonio de Trueba ya ha desembarcado en el Museo de las Encartaciones. Se retrasaba de abril a julio por el coronavirus, pero al fin los visitantes pueden recrearse en los detalles de la extensa investigación sobre "uno de los referentes del panorama cultural vasco y la defensa de sus fueros" nacido el 24 de diciembre de 1819 en el barrio de Montellano (Galdames). El trabajo recoge los frutos de un convenio de colaboración entre dicho Ayuntamiento, el museo, las Juntas Generales de Bizkaia y la Diputación Foral de Bizkaia suscrito en octubre de 2018.

Más de cien piezas componen la muestra: "libros, documentos originales, obras de arte, ilustraciones, textos escritos por intelectuales contemporáneos de Trueba y numerosas piezas de interés que han ido adquiriendo durante años las Juntas Generales de Bizkaia a través del Museo de Las Encartaciones". Cuadernos escolares de los siglos XVIII y XIX, libros de negocios, elementos religiosos, litografías y piezas etnográficas como una máquina serradora procedente de Inglaterra construida en 1882, un rodete del molino Granada (Ortuella), cepos (colmenas) hechas con troncos para elaborar miel o un gran altar portátil utilizado en las guerras del siglo XIX por el Tercio de Bizkaia que data de 1860 contextualizan la época del escritor y archivero de Bizkaia.

Los fondos permanentes guían a los visitantes por el pasado y las raíces de su identidad con Abellaneda como centro de reunión de sus representantes desde la Edad Media para abordar cuestiones de la comarca hasta la integración el siglo XIX en las Juntas de Gernika. Entre sus joyas se pueden nombrar la talla de un ángel custodio con niño que se encontraba que ocupó posteriormente la posada de los junteros, frente al edificio principal de la Casa de Juntas de Abellaneda. Erigida en el siglo XVI y remodelada en el XVII. Su aspecto presente de torre almenada que evoca la Edad Media se debe a otras reformas, ya entrado el siglo XX. Desde que fue acondicionada como museo en los años treinta, ha incorporado otros tesoros del patrimonio encartado, como el privilegio otorgado a la villa de Balmaseda por Alfonso XI en 1326, la escultura orante de Antonio de Urrutia, procedente de la ermita de La Mella, en La Herrera (Zalla), del siglo XVII o las pinturas barrocas de la iglesia de Olabarrieta, en Sopuerta.

Para quienes prefieran planes al aire libre, el Museo de las Encartaciones ha trazado ocho rutas de senderismo de entre 3,5 y once kilómetros por diferentes puntos de la comarca: la subida a los picos Ubieta y Larrea, itinerarios por la antigua calzada real del río Kadagua hacia el conjunto monumental de La Herrera en Zalla (escuelas, torre Terreros, La Mella e iglesia de Santa Isabel), recorrido desde Sodupe y Güeñes con sus caseríos, ermita de Santxosolo, Ayuntamiento e iglesia de Santa María, poblado minero de El Alisal, en Sopuerta, ribera del río Herrerías y Rodaiega, en Gordexola y camino entre Traslaviña y La Reneja, en Artzentales.

el legado de los indianos

Hablando de vacaciones en ambientes al descubierto aprovechando el buen tiempo, Arenatzarte es otro verdadero museo de arte contemporáneo vasco. Esta extensión de 1,5 hectáreas sumó en 2007 a su parque botánico esculturas de Koldobika Jauregi, Angel Garraza, los hermanos Vicente y Fernando Roscubas, Mikel Lertxundi o Marijose Recalde. El pabellón de cristal ha sido escenario de numerosas exposiciones, como las de las creaciones vencedoras en el concurso de vestidos de papel de Güeñes. El terreno formaba parte de la finca del chalé Urrutia, que en 1910 Leandro Urrutia, un indiano de Galdames que hizo fortuna en México con negocios agrícolas, encargó al arquitecto Emiliano Pagazaurtundua en estilo de Segundo Imperio francés con notas modernistas. La mansión sirvió a la familia como residencia de verano. Allí estableció sus dependencias el Ayuntamiento de Güeñes en 1974. En el jardín, un monolito recuerda a los gudaris que lucharon en la Guerra Civil contra las fuerzas golpistas. Y es que en ese mismo lugar se acantonaron los batallones Abellaneda y Muñatones.

Arenatzarte ofrece obras de arte contemporáneo. Foto: E. Castresana

En Karrantza todavía recuerdan la conmoción que supuso la desaparición de la estatua de Romualdo Chavarri, una escultura de bronce de 150 kilos robada el 12 de mayo de 2012. Más allá del valor material que seguramente motivó a los ladrones, ese día los vecinos perdieron simbólicamente otra vez a uno de sus benefactores de referencia, el indiano apegado a Biañez que fraguó su riqueza en Puerto Rico. Obras de restauración a cargo de la Diputación Foral de Bizkaia revelaron la existencia de un retablo pintado entre finales del siglo XV y principios del XVI que, con sus 92 metros cuadrados, es el más grande de esas características en la cornisa cantábrica. Convertida la iglesia en museo, Leykatur oferta visitas guiadas de una hora de duración a ocho euros por persona y la mitad de precio en el caso de los grupos. Toda la información está disponible en www.leykatur.com.

La profunda huella indiana también perdura en el museo Boinas La Encartada. Marcos Arena Bermejillo activó en 1892 con los bilbainos Santos López de Letona y Domingo de Otaola, y los balmasedanos Martín Mendia y Juan Bautista Hernán de la fábrica textil que se mantuvo en funcionamiento exactamente cien años. Más que un lugar de trabajo, se convirtió en todo un modo de vida para los empleados, en su mayoría vecinos de Balmaseda, a los que se acondicionaron bloques en los alrededores y una escuela para que estudiaran sus hijos. Suelen sorprender las perfectamente conservadas estancias donde se alojaban los propietarios y la maquinaria original de finales del siglo XIX y principios del XX, mayoritariamente inglesa, que reproduce la totalidad del proceso productivo: desde la recepción de la materia prima hasta el empaquetado. Por preservarlo con cuidado y exponerlo ante las visitas en didácticos recorridos guiados complementándolos con otros programas de actividades, en junio de 2019 La Encartada logró el reconocimiento Anchor Point o punto de referencia, otorgado por la asociación europea de Patrimonio Industrial ERHI (European Route of Industrial Heritage) uniéndose a un centenar de enclaves. Además, es tradición que en la fecha más cercana posible al 8 de marzo se recree la rutina en la fábrica en 1918 para escenificar las desigualdades entre hombres y mujeres.

Visitas guiadas por Balmaseda, también en agosto

El casco histórico de Balmaseda dista unos pocos minutos en coche de la Encartada, aunque su interior está vedado al tráfico rodado. El corazón de la villa más antigua de Bizkaia reserva otros tesoros, como el antiguo convento de Santa Clara, mandado erigir a mediados del siglo XVII por otro indiano, Juan de la Piedra, con los fondos que envió desde Panamá. El ala donde residían las monjas es hoy el hotel San Roque, mientras que en la iglesia abrió sus puertas en 2009 el centro de interpretación de la Pasión Viviente. En un marco muy acorde con la temática se exhiben las ropas de los principales personajes (Jesucristo, la Virgen María, Poncio Pilato o las tropas romanas) o pasos procesionales. La puerta de entrada es escenario cada Viernes Santo de la representación del juicio ante Pilato, la flagelación, la primera caída y el encuentro con la Virgen y María Magdalena.

El centro de la Pasión Viviente acerca las tradiciones. Foto: E. Castresana

La tercera y última caída tiene lugar en la plaza de San Juan, donde se encuentra el museo de la historia de Balmaseda que, en varios apartados temáticos cuenta con apartados dedicados a balmasedanos célebres, tradiciones e industrias (txakoli, comercio, ferrerías, muebles, ferrocarril, putxera€) y material gráfico dedicado a las representaciones del mercado medieval y la quema de la villa por las tropas francesas el 8 de noviembre de 1808. Las incorporaciones más recientes corresponden al área de memoria histórica, que rescata los acontecimientos de la Guerra Civil y represión franquista, y el espacio dedicado al poeta León Felipe, que ejerció de farmacéutico en la villa entre 1916 y 1918. Ante la buena acogida del programa de visitas guiadas del Ayuntamiento junto con la empresa Alboan servicios turísticos puesto en marcha en julio, se prorrogan a todos los domingos de agosto saliendo a las 11.00 horas de la plaza de San Severino, con inscripción previa.

En el Museo de Boinas La Encartada se conserva maquinaria original del siglo XIX. Foto: Elixane Castresana

En plena posguerra, en 1956, la empresa Dolomitas del Norte emprendió la explotación de la peña de Ranero. Su labor propiciaría el descubrimiento de la cueva de Pozalagua el 28 de diciembre de 1957 por una explosión en la cantera que sacó a la luz las estalactitas excéntricas. Desde esa cota a la altura del parketxea de Armañon la dolomía extraída descendía por un tranvía aéreo hasta la estación de descarga y los hornos del barrio Ambasaguas donde se procesaba para la fabricación de losetas refractarias que se empleaba en empresas como Altos Hornos. Se trata del último transporte de estas características en uso en Bizkaia, que cesó su actividad en 1976. El trazado cubría cerca de tres kilómetros con un desnivel de 281 metros y una pendiente del 9% asentado en 27 caballetes metálicos. Declarado por el Gobierno vasco Bien Cultural con la categoría de Monumento en 2002, la fábrica de Dolomitas es un museo desde 2015.

La colección de vehículos clásicos que el empresario Miguel de la Vía reunió en la Torre Loizaga estuvo nominada a mejor museo del año en los prestigiosos premios concedidos por la revista Octane. La delegación de Galdames compitió con Cité de l'Automobile (Francia), Petersen Automotive Museum (Estados Unidos), Museo Nicolis (Italia) y Riga Motoring Museum (Letonia) en el acto de entrega celebrado en Londres. Aunque no consiguió llevarse el gato al agua, causó una estupenda impresión.

En Torre Loizaga se pueden ver 45 coches Rolls Royce. Foto: E. Castresana

Muestra 45 coches de la mítica marca Rolls Royce, entre los que están todos los modelos Phantom fabricados hasta 1972 en los pabellones que recorren casi un siglo de historia del automóvil desde un Silver Ghost de 1910 hasta un Silver Spur de los años noventa. Todos ellos, en perfecto estado de mantenimiento, preparados para arrancar sin problemas en cualquier momento. La propia Torre Loizaga se corona como la joya del conjunto: la recreación de una casa torre medieval que soñó Miguel de la Vía. Este lugar idílico que saltó a la prensa internacional en 2016 cuando una acaudalada pareja india lo eligió para casarse por lo civil y por el rito hindú. Uno de los muchos rincones con los que Enkarterri espera conquistar a los turistas en este raro verano.

Los centros de Enkarterri han establecido protocolos con restricciones de aforo para garantizar que las visitas se hacen con seguridad

El Museo de Las Encartaciones ofrece la exposición más completa de Antonio de Trueba, uno de los referentes culturales vascos