- Las máquinas y los operarios volverán pronto a trabajar en la antigua alhóndiga de Murrieta en Barakaldo, instalaciones en las que se están llevando a cabo las obras que culminarán con la puesta en marcha de la Escuela de Aprendices del siglo XXI, proyecto que ha impulsado la Fundación de Trabajadores de la Siderurgia. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Barakaldo aprobó ayer la licencia de obra que permitirá la ejecución de la segunda fase de este proyecto, etapa de las obras que se ha visto retrasada por el estado de alarma decretado hace mes y medio para frenar la propagación del coronavirus.

Este contratiempo supondrá un retraso en la culminación de los trabajos, ya que, antes de la pandemia, se estimaba que para el mes de septiembre, con el inicio del nuevo curso, se pudiese empezar a equipar estas instalaciones que pretenden ser punta de lanza en la formación de futuros profesionales de distintos campos. Ahora, se estima que el equipamiento de las instalaciones se podrá acometer hacia finales de este año. “Este proyecto ha tenido que hacer frente a diferentes problemas, el último de ellos la pandemia del coronavirus que ha vuelto a retrasar las obras, pero la Fundación de Trabajadores de la Siderurgia nos ha comunicado esperan que para final de año puedan comenzar a equipar y homologar las aulas con el fin de llevar a cabo la tarea formativa prevista”, señaló Amaia del Campo, alcaldesa de Barakaldo.

Cabe recordar que, al inicio del proyecto, se detectaron deficiencias estructurales graves en la antigua alhóndiga, algo que motivó un primer retraso en la ejecución de las obras y un encarecimiento de las mismas para subsanar los daños estructurales. Finalmente, la inversión ascenderá a cerca de cuatro millones de euros.