Corría el año 1989 cuando un animoso grupo de mujeres de Trapagaran decidió dar el paso adelante para crear la actual Asociación de Amas de Casa y del Consumo Familiar de este municipio de la cuenca minera. Un lugar de encuentro y reflexión que ha fomentado la formación en diferentes materias de interés general y de género, el desarrollo cultural integral de la mujer y el empoderamiento como elemento clave en la lucha por la igualdad de género y contra la violencia machista. Una labor continuada de la que han sido partícipes en estas tres décadas más de 2.000 mujeres de la localidad que han seguido la estela dejada por la impulsora de esta entidad popular, Pilar Rubial. "Pilar era miembro de la Asociación provincial de Amas de Casa y Consumidores Etxeko Andre de Bilbao y nos aportó su experiencia personal para ir poniendo en marcha la asociación de Trapagaran", recuerda Begoña Villar, presidenta de la asociación desde hace 26 años.

"Antes de presidenta, estuve cinco años como secretaria ya que por problemas familiares no podía comprometerme a presidir la asociación", matiza esta decidida mujer que destaca que la asociación nació como un punto de encuentro para las mujeres de mediana edad de Trapagaran. "La idea era la de enriquecernos nosotras ya que teníamos muchas inquietudes como mujeres y como personas. Muchas de nosotras acabábamos de dejar el centro de promoción de la mujer y fuimos la primera generación de nuestra edad que podíamos salir en libertad por las tardes -sin ser por ello criticadas- para ocupar nuestro puesto en la sociedad y hacer lo que nos hubiera gustado hacer y nunca pudimos", relata Begoña ante la atenta mirada de otras pioneras como Mª Antonia Martínez, Fina García o la futura vocal de la directiva, Toñi Moñibas, quien incide en que la asociación "siempre ha estado implicada en la lucha por la igualdad de genero y contra la violencia machista".

Firmas Inscritas oficialmente en el Registro de Asociaciones del Gobierno vasco en febrero de 1992, la asociación de Amas de Casa entregó sus primero carnets a sus asociadas el 23 de octubre de 1989 después de una larga campaña de promoción que se inició en el bar Coco's. "Allí empezamos a diseñar los carteles con los que no dimos a conocer por todo el pueblo. La respuesta fue espectacular y en poco tiempo reunimos 80 firmas con las que solicitamos al Ayuntamiento un local donde poder reunirnos. Nos dejaron una buhardilla en el Palacio Olaso y luego pasamos al antiguo ambulatorio pero aquello pronto se quedó pequeño ya que en 5 años llegamos a ser 670 socias", recuerda Begoña. Aquella explosión llevó al Consistorio a adjudicarles un local en la antigua casa de los maestros de la plaza Larramendi donde hoy ocupan las dos plantas bajas del edificio y uno de los dos primeros pisos.

Al principio la asociación se volcó en la formación de las socias en psicología o sexología hasta el arte o la historia. "Aquellas convocatorias arrastraban a muchas mujeres pero llegó un momento en que esto se estancó, tocó techo. La segunda fase estuvo muy marcada por las salidas culturales que nos acercaban a otros lugares y a otras culturas. La primera salida que hicimos nos llevó a Roma, Venecia y Florencia y este año hemos hecho la ruta de los Cátaros en Francia", apunta la presidenta. "Ahora no paramos de lunes a jueves pues ofrecemos diversos talleres de danza terapéutica, yoga, manualidades o labores con patchwork o ganchilo".

"Además tenemos un coro femenino de Santa Águeda y un grupo de teatro. Y en la asociación nacieron la cabalgata y los carnavales participativos", reclaman estas inquietas mujeres que participan activamente en la vida social, cultural y solidaria del municipio.