GONZALO Casares fue ayer uno de los nombres propios de la pasarela que culminó la semana con más estilo de Max Center, la Fashion Week. El malagueño, considerado como uno de los grandes profesionales del mundo de la moda, se convirtió en el estilista para los comerciantes y el coreógrafo de cada uno de los desfiles temáticos que se disfrutaron sobre el escenario. Unas tablas que vieron pasar a modelos amaterus, tres chicas y tres chicos, que se mezclaron con doce profesionales como si tal cosa. Con ilusión, ganas de hacerlo bien y una dosis extra de motivación por hacerse un hueco en el mundo de la moda.

Con esta idea salieron a escena los maniquíes que previamente tuvieron que pasar un casting del que fueron elegidos para triunfar en la velada de ayer de la mano de Cristina Rozas, modelo internacional y fundadora de Martina Models. Acompañando y dejando también el pabellón bien alto estuvieron los y las txikis, que tuvieron igualmente su momento para lucir las mejores galas con las que les vistieron. Se lo pasaron en grande, a juzgar por sus caras tanto en la previa al desfile como durante el evento, en el que no perdieron la sonrisa en ningún momento. Quién sabe si en unos años no son ellos los que compiten por hacerse un hueco en la Max Center Fashion Week tratando de convencer a Cristina Rozas.

Sobre su piel, los outfits que ya adornan los escaparates del centro comercial barakaldarra, ya que el desfile fue la oportunidad de que las tiendas que se ubican en la gran superficie enseñaran lo que van a vender esta temporada que ya ha entrado, la de otoño-invierno, con sus tonos grises y beises negros y ocres, pero también rojos y fucsias.

Y es que aunque el sol parece que vuelve a asomar sobre suelo vizcaino, lo cierto es que en nada deberán empezar a taparse las cabezas con gorros de lana, los cuellos con bufandas y los cuerpos con abrigos, prendas todas que ayer lucieron los modelos.

No faltaron las prendas de la marca Athletic, que también se pasearon ante el público congregado bajo la pasarela.

Pero este colofón final fue solo el postre de la semana de la moda del centro comercial, siete días que han estado plagados de eventos musicales o expositivos. Entre otros, los pasillos de Max Center lucieron las creaciones del diseñador vasco Peio Durán en dos exposiciones diferentes, la primera Exposición invisible, con prendas endurecidas que daban sensación de realismo, aparentando estar posadas sobre maniquíes invisibles. La segunda, Alta costura, hiló una mezcla de materiales, volúmenes imposibles y surrealismo creativo. - J. Jobajuria