ESTE año ha sido la primera vez que los artesanos de la madera de Trapagaran aglutinados bajo la marca de la asociación Guregurra sacaban sus obras del Palacio Olaso en cuyas dependencias cuentan con un local compartido y en cuyo salón de actos organizan una pequeña muestra de los trabajos que llevan a cabo en cada ejercicio la docena de miembros habituales de esta agrupación de amantes de la madera. “Estamos entusiasmados con la gran acogida que ha tenido esta exposición por parte del pueblo de Trapagaran y de los visitantes que se han acercado al polideportivo para ver nuestros trabajos”, señalaban Alfonso López y Elena Ocio, miembros de esta entidad que tiene sus puertas abiertas a todas las personas que deseen practicar el arte de la talla.

“Nuestra asociación surgió en el año 2013 de la mano de un grupo de personas que habíamos participado en años anteriores en los cursillos de talla que organizaba el Ayuntamiento de Trapagaran y que ese año no pudieron llevarse a cabo porque no se cubrió el número mínimo de plazas que exigía la convocatoria”, explicaban los portavoces de esta asociación que ayer presentó una retrospectiva con cerca de un centenar de piezas que han sido elaboradas en los últimos años.

Arcas y arcones, diferentes modelos y tamaños, de cajas profusamente decoradas a golpe de gubia, figuras etnográficas y de diseño, lámparas, percheros, escudos, cuadros y platos decorativos, joyeros, costureros, objetos de cocina como saleros, abridores... y un sinfín de piezas en las que sobre todo destaca su profusa y laboriosa decoración formaban parte de esta muestra que pudo ser contemplada por varios centenares de personas. “Nunca hemos tenido tanto público en el Palacio de Olaso y para nosotros es un gran estímulo ver a la gente interesarse por nuestro trabajo”, compartían los artesanos reunidos en la muestra.

Paciencia Un trabajo, o mejor dicho una afición que exige mucha paciencia porque aunque algunas piezas pueden parecer fáciles de llevar a cabo, detrás tienen muchas horas de trabajo de diseño, de trabajo con las herramientas, de lijado, pintado o barnizado”, apuntó Elena Ocio una de las cofundadoras de Guregurra. Junto a ella, Jesús Fanego, Edurne Emaldi, Jesús María Monduate, Juan Francisco Hidalgo y Balbino Martínez corroboraron el aserto de Elena y añadieron que sobre todo “esta artesanía tiene que gustarte porque, salvo algún caso de elaboración de piezas semiartesanales que pueden tener una cierta salida en el mercado, nadie puede dedicarse a esto como forma de vida”.

De hecho ni el fin de la asociación es el de formar a futuros tallistas o artesanos de la madera, ya que no programan cursillos formativos pues ni siquiera cuentan con profesionales homologados si no que como destacaron desde Guregurra somos “un grupo de apoyo para todo aquel que quiera iniciarse en este mundo. Nos gusta animar a la gente a que se pase por nuestro local y pruebe. Lo que tenemos claro es que si te gusta la madera esta afición engancha y nosotros les podemos guiar desde nuestra experiencia”, remarcó Alfonso ante la atenta mirada de Elena, una trabajadora de banca que ayer mostraba complacida la percha personalizada que ha realizado para regalársela a su sobrina Aroa. “Esta faceta del regalo a familia o amigos es una de las salidas naturales de nuestros trabajos ya que es muy difícil ponerle un valor crematístico a unas piezas a las que dedicas muchas horas”, sentenciaron.