Galicia está cerca de Zalla, vosotros lo tenéis todo muy a mano”. Vivir “a mil kilómetros de Moscú” da al matrimonio formado por Elizaveta Vereshchagina y Sergei Vereshchagin otra perspectiva sobre las distancias. La avería en tierras gallegas en el motor del Lada de 1989 en el que viajan por Europa les ha traído al municipio encartado en el que se encuentran solventando el percance para poder continuar la ruta. Volver sobre sus pasos les ha permitido, además, conocer a sus ya amigos, con los que habían contactado a través del mundo digital.

Todo comenzó cuando a Alain Baranda le llamó la atención el vehículo rojo aparcado en Sarriko mientras la pareja hacía turismo por Bilbao. “Hice una foto, apunté el nombre del perfil de ellos en las redes sociales y se la envié”, cuenta el joven. Entablaron conversación y al día siguiente “me dijeron que estaban en Galicia y necesitaban ayuda por una avería”. Les propuso desplazarse hasta Espinosa de los Monteros, donde “yo también tengo un Lada, un coche popular en la Unión Soviética, para ver si podíamos solucionarlo con mi motor”. Como no avanzaban, Alain contactó con su amigo Andoni Larrañaga, que tiene un taller en Zalla y los tres se desplazaron a Enkarterri.

“De todos los lugares donde hemos estado, este es el que más nos gusta, por los paisajes y por la amabilidad de la gente”, agradecen Elizaveta y Sergei. Entre maniobra y maniobra relataron a sus anfitriones que ya “entre 2017 y 2018 nos fuimos a Asia durante nueve meses y llegamos hasta Sumatra”. Poco después adquirieron el vehículo, “fabricado en 1989” y se prepararon para una aventura por Europa.

Un mes en la carretera Con mil euros de sus trabajos, ella en un restaurante y él en una estación de autoservicio, hace un mes abandonaron la localidad de Kirov, donde residen. Atravesaron “Moscú, San Petersburgo, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Alemania, Países Bajos y Francia” antes de entrar en la cornisa cantábrica. Cuando sufrieron el percance mecánico en Galicia, planeaban continuar de norte a sur de Portugal y desviarse a Andalucía “para tomar un ferry a Marruecos, porque nos gustaría pisar África”.

Desde allí quieren dirigirse “otra vez a España y Francia y seguir a Italia y los Balcanes y volver a Rusia... o no”. Conducen “sin un plan concreto ni fijo haciendo caso a nuestro corazón y si encontramos un sitio en el que estemos a gusto puede que nos quedemos una temporada”. “Hay cosas más importantes que el trabajo y la vida es corta”, sostienen ambos.

Ligeros de equipaje, “a veces dormimos en el coche”, mientras que para la comida suelen recurrir a los supermercados. Vivencias que describen y muestran en su perfil de redes sociales y canal de You Tube llamado 2hottrippers. Sus familias “al principio sufrieron un pequeño shock, pero ya se han acostumbrado y nos ven por Instagram”.

Inmersos en una expedición, ya piensan en saltar el charco “para conocer Estados Unidos y Canadá”. No obstante, lo ven difícil porque “nos haría falta mucho dinero, cuesta lograr el visado y solo los youtubers más conocidos consiguen el patrocinio de sponsors”. Así que, fieles a su filosofía, se limitan a disfrutar el ahora sin miedos: “Nunca nos hemos sentido asustados. Somos optimistas, estamos conociendo muy buenas personas, como en Zalla”.