Zalla - Si has bailado Flying free en los pubs de Zalla desde 1999, es muy probable que la pinchara Juanjo Beltrán. “Es la canción que más veces me han pedido y la única de entonces que sigue funcionando”, dice quien es conocido como DJ Beltrance desde que se introdujera en el circuito hace veinte años. Desde la época dorada del ocio nocturno en la localidad encartada saltó a las cabinas de conocidas salas de Bilbao y veladas en Madrid y hasta Kenia. Mostrando su versatilidad tanto pinchando como con el micrófono en la mano calcula que ha animado “más de mil eventos”. En los últimos tiempos es uno de los locutores que ha reflotado la radio de Zalla desde la asociación Sorgintxu y ha promovido con un grupo de vecinos una fiesta de reencuentro de personas nacidas en las décadas de los setenta y los ochenta que disfrutaron de su juventud en el municipio.

El Arco, la Escapada, el Sanmi, el Tropic, la Txoko, el PK2? Estos nombres de discotecas sonarán a quienes vivieron a tope la noche de Zalla los fines de semana a finales de los años noventa. Al cumplir la mayoría de edad, Juanjo Beltrán comenzó a trabajar como DJ en gran parte de ellas hasta que la afluencia bajó y él se trasladó a salas más grandes “como la Non, Jazz Berri o Image”, mientras requerían su presencia “en Madrid, Valencia Valladolid y, como nota curiosa, en Kenia”. La digitalización ha alcanzado ese mundo “con la transición primero al CD y luego a los puertos USB”. “Cuando yo empecé, pinchaba con vinilo y todavía me gusta hacerlo”, recuerda. Sobre todo “si me llaman para alguna fiesta remember” que proliferan últimamente que compaginaba con un evento imprescindible: la celebración del Beltrance Birthdary Festival, el encuentro que hacía coincidir en torno a su cumpleaños “en el que hemos reunido alguna vez a hasta treinta DJ”. Esta vez no lo convocará, aunque no descarta que regrese en el futuro. Lo compagina con su presencia en las fiestas de pueblos de Enkarterri. Ahí el repertorio se amplía y es más fácil “mirar a la gente” para comprobar cómo se acogen las propuestas, porque “lo que funcione en un sitio no se recibe igual de bien en otro” y hay que mantener el interés de la audiencia.

Para ello recurre a las dotes de “comunicador” de las que hace gala en la radio desde su desembarco en el medio en 2003 para conducir espacios musicales y, más tarde, magacines. Años más tarde recaló en la emisora de Zalla “para cubrir una baja” y cuando el Ayuntamiento decidió su cierre, promovió el nacimiento de la asociación Sorgintxu para continuar dando un uso al estudio del Zine Antzokia. “El objetivo es que vuelva a ser una radio comarcal para estar al tanto de las noticias de Enkarterri” y para ello “queremos emprender un proyecto de dinamización que arrancará ofreciendo cuñas publicitarias a un precio muy económico para los anunciantes y nos gustaría impartir cursos para enseñar a manejar los controles radiofónicos”. Los martes de 10.00 a 12.00 se da un repaso a la actualidad y agenda de la zona. Asimismo, los miércoles entre las 19.00 y las 20.00 horas y los jueves de 11.00 a 12.00 Iñaki Villalvilla (componente del grupo de teatro Antifaz de Zalla) se pone al frente de un programa de deportes.

Fiesta en el frontón En las últimas semanas, los oyentes habrán notado que en la parrilla crece el peso de las canciones más populares de los años noventa. Están calentando motores para el evento que el frontón Mimetiz acogerá el 9 de febrero. Junto con otros vecinos, promueve una fiesta de reencuentro para los nacidos en las décadas de los setenta y ochenta que se divirtieron en Zalla en su juventud.

Después de “casi un año dándole vueltas a la idea” han fijado una fecha entre Navidad y carnavales y han definido el programa. Las personas que se apunten se reunirán a mediodía para el txupinazo inaugural de la jornada, pregón, brindis y entrega de un pañuelo conmemorativo que los asistentes lucirán en su ronda de poteo por Zalla entre las 12.30 y las 14.30 horas. Entonces, de vuelta al frontón, recibirán un obsequio justo antes de la comida. Durante la sobremesa se sortearán regalos entre los comensales para llenar la cancha, desde las 17.30 horas, con los temas más bailados en los noventa hasta echar el cierre, a las 23.00. ¿Sonará Flying free para apagar las luces?