El buen rollo es la nota predominante en Orpheo Ganbera Abesbatza y con toda esa energía positiva, el coro de cámara leioaztarra saltará el sábado (19.00 horas, 4 euros) al escenario de Kultur Leioa, la atalaya cultural del municipio. El concierto lleva por nombre Goxokiak, por lo que a la optimista sintonía natural de Orpheo se añaden unas dosis de azúcar para poner dulzura a estos compases vitales, de largo regusto amargo.

Los efectos colaterales del coronavirus afectaron, evidentemente, al ritmo y el estado del coro, que poco antes ya había sufrido un golpe con la marcha de dos directoras. Así lo admite la actual batuta del grupo, Marta Velasco. “Los momentos en los que un director se va son de crisis para los coros. Orpheo estaba un poco de capa caída, son cosas de la vida. Yo también lo dejé una temporada como coralista, pero me pidieron ayuda porque estaban ya poquitos, se quedaban sin directora y me animé a ensayar. Pero les propuse que en vez de todas las semanas, que fuera dos veces al mes o así, porque yo estaba a tope por otro lado. Con esa pauta, logré convencer a muchos amigos que no habían cantado en ningún coro, pero que eran músicos aficionados, e incluso, profesionales... Fui llamándoles, hasta que en el primer ensayo que hice yo como directora estábamos 30 personas”, retrocede así Marta hasta abril de 2019. Ese instante fue “muy emocionante” para “el núcleo duro de Orpheo”, la quincena de voces que comenzaron a escribir la partitura de este coro hace unos 25 años. “Ellos no sabían que iban a venir tantas personas y fue muy emotivo”, rememora Marta, que también formó parte de aquellos inicios. “Orpheo surgió porque muchos de nosotros cantábamos en un coro más grande, con gente de una edad más avanzada; entonces a los jóvenes nos apetecía hacer algo por nuestra cuenta que fuera más un coro de cámara, algo más pequeñito. Entre esos jóvenes estaba Isabel Mantecón, que fue la primera directora de Orpheo durante muchos, muchos años”, repasa la actual voz cantante.

En septiembre de 2019, a los pocos meses de ese bis para la agrupación coral, se presentó la oportunidad de acudir a un festival en Torrevieja. “Vino Isabel y dirigimos el concierto entre ella y yo y fue espectacular para el resurgir de Orpheo. Lo recordamos como algo increíble”, reconoce Marta. Sin embargo, en marzo de 2020 la pandemia lo cambió y frenó todo. “Lo pospusimos todo hasta que el año pasado pudimos volver a ensayar: con mascarillas, de lejos... Un poco locura. Musicalmente está siendo todo muy complicado, como para todos. Pero no hemos perdido nuestra alegría ni ilusión. Ahora, por fin, tenemos un concierto en Kultur, con el que estamos muy ilusionados. Lo llamamos Goxokiak porque son piezas muy amorosas, muy dulces. Después de todo lo que hemos pasado, tocaba algo agradable”, destaca Marta, deseando que el público se dé un buen atracón de sus golosinas.