Con el buen espíritu que siempre ha caracterizado a la marcha regulada de Algorta. Así regresó esta cita, que lleva el sello inconfundible de Itxartu Taldea, tras el parón del año pasado por el covid-19. Sol en el cielo, algo de fresco, ambiente cálido, las mejores ganas, compañía apetecible... Todo eso se volvió a juntar en una de las pruebas más destacadas de la comarca de Eskuinaldea y Uribe Kosta, a la que acompaña DEIA con su patrocinio. Más de mil personas, adultos y jóvenes, se calzaron las zapatillas para recorrer el barrio getxotarra y desgastar suela a lo largo de 16,8 kilómetros, en el caso de los mayores, y de 5,9 para los gaztetxoak

Los adultos iniciaron la marcha desde el batzoki de Algorta de forma escalonada a partir de las 7.30 horas, de acuerdo con la hora seleccionada al inscribirse -una de las medidas tomadas en este contexto de pandemia-, y caminaron por Fadura, Iturgitxi, Sustatxa, Muñarrikolanda y Berango, donde tuvo lugar el avituallamiento, debajo de la autovía. Desde allí, pasaron por Azkorri, paseo de la Galea, Aixerrota, Arrigunaga y San Nikolas, hasta llegar de nuevo a la meta del batzoki de Algorta. Esta caminata se desarrolló durante algo más de tres horas y media, contando el descanso, y sirvió para atravesar rincones espléndidos de Getxo, tanto los que lucen en verde como los que miran al mar o laten en el corazón de Algorta. El itinerario de los jóvenes, mientras tanto, comenzó a las 10.00 horas, también desde el batzoki de Algorta y de forma escalonada, pasó por Musike Aurrekoa, Telletxe, avenida El Ángel, Andra Mari, cementerio de Getxo, fuerte de la Galea, (avituallamiento), paseo de la Galea, Aixerrota, Arrigunaga y San Nikolas, hasta concluir en el batzoki. Todos los jóvenes recibieron su copa de campeones, y en el caso de la marcha de adultos, al ser regulada, se repartieron premios en base a la clasificación. Las tres primeras parejas fueron: Julio Miranda Martínez e Inés Rodríguez González de Bilbao, Jon Beaskoetxea Zapirain y Koldo Beaskoetxea Erauzkin de Bilbao y Ainhoa Illana Diez y Aitor Ibargüen Uribarrena de Trapagaran.

Gesto de la organización

Fue, por lo tanto, un día de alegrías, de senderismo en compañía, de unión, de recuperar sensaciones y tradiciones. ¡Cómo se echaban de menos! El coronavirus sigue presente y por eso no se pudo realizar el asado del cerdo que siempre pone el colofón a esta iniciativa que ayer alcanzó su edición trigésimo octava. Pero la organización tuvo un gran detalle con los participantes y también con los establecimientos hosteleros. Por eso, Itxartu Taldea entregó a cada participante, y en el caso de los gaztetxoak a sus acompañantes, un vale para que pudieran tomar una bebida y un pintxo en ocho bares del centro de Algorta.