A escuela de música Andrés Isasi trabaja con instrumentos de cuerda, de viento, de percusión y también... de corazones generosos. La banda sonora de este centro educativo getxotarra incluye notas solidarias y, por eso, por segundo año consecutivo, participa en una recogida benéfica de instrumentos para el proyecto Etorkizuna Musikatan-Futuro, impulsado por la asociación bilbaina Norai. Este colectivo se dedica a la asistencia y el apoyo social y cuenta con una orquesta sinfónica compuesta por niños de los barrios de San Francisco, Bilbao la Vieja, Casco Viejo y Zabala.

Hasta el próximo día 29 se podrán realizar las donaciones en las dos sedes de la escuela de música Andrés Isasi, es decir, tanto en Las Arenas como en Algorta. Se podrán entregar instrumentos sinfónicos de cuerda: violín, viola, cello, contrabajo (de cualquier tamaño); de viento-madera: flauta travesera, clarinete, oboe, fagot.... También de viento-metal: trompeta, trompa, trombón, bombardino, tuba... Y de percusión, así como complementos: atriles, cañas, cuerdas, resinas€ Todos serán bienvenidos para el banco social de instrumentos de la orquesta infantil de Etorkizuna Musikatan, esaque pone a los prejuicios contra las cuerdas. "Este proyecto significa romper muchos estereotipos y barreras mentales invisibles, porque parece que la música clásica está asociada a un cierto nivel socio-económico y romper esa barrera implica que estos niños se planteen derribar más y que, a su vez, otras personas se planteen romper sus prejuicios respecto a ellos", cuenta desde el otro lado del teléfono María Molinuevo, una de las mujeres que colabora en la iniciativa, mientras, precisamente, la orquesta ensaya y su música se cuela por la línea. "Tenemos clases de lunes a viernes", apunta.

Etorkizuna Musikatan comenzóEtorkizuna Musikatan su partitura hace menos de dos años, cuando un grupo de músicos venezolanos afincados en Bilbao tuvo la idea de desarrollar un programa que en su país lleva funcionando más de 40 años. La asociación Norai no dudó en ejercer como directora de orquesta hablando con los centros públicos de los barrios donde actúa: Mujika (Casco Viejo), Miribilla (San Francisco)... "Empezamos en septiembre del curso pasado, llevamos un año y pico y a los niños les viene fenomenal; están muy contentos y les ayuda mucho, como nos dicen desde los propios colegios", resalta María. "Estamos en unas zonas de Bilbao donde hay una multiculturalidad fuerte y son entornos vulnerables. Luego, dentro de esos centros escolares no hacemos ninguna selección, no discriminamos, es un grupo abierto; quien quiera venir a la orquesta viene. Es un proyecto gratuito, tenemos un banco solidario de instrumentos y para afianzarnos recibimos donaciones y subvenciones", añade. Es ese banco el que pretende engordar la escuela de música Andrés Isasi con su recogida de instrumentos. "Se han portado superbien; este es el segundo año que nos ayudan y estamos muy agradecidos", destaca María.

Y ya son alrededor de cuarenta los pequeños músicos que sonríen, se integran, se animan y demuestran que el talento no está en el bolsillo. Ensayan a diario y tienen sus actuaciones, por supuesto, aunque el coronavirus se haya metido en medio de este camino integrador al poco tiempo de iniciarse. Pero el pasado día 4, por ejemplo, ya dieron su concierto de Año Nuevo en Bilborock. "Potenciar el desarrollo personal, el aumento de la autoestima, la convivencia intercultural, el arraigo social, el despliegue de la sensibilidad artística y el desarrollo de valores está en el trasfondo de nuestra acción socio-educativa y musical. Todo ello va a tener su plasmación en la creación de la orquesta, pero como suele comentar el coordinador de los músicos: No somos un conservatorio, ni una academia de música, sino una escuela de vida a través de la música", indica María.

A todo ello está contribuyendo también con su granito musical el centro getxotarra Andrés Isasi, que apuesta por que la educación musical contribuya al desarrollo de la persona y que, entre sus valores, defiende la solidaridad: "Comprometiéndonos con las personas desfavorecidas".

"Rompemos barreras, porque parece que la música clásica está asociada a un cierto nivel socio-económico", asegura María Molinuevo

'Etorkizuna Musikatan' es una iniciativa de la asociación bilbaina Norai, que se dedica a la asistencia y el apoyo social