ESTA historia va de pequeños gestos para grandes gestas. Un grupo de quince jóvenes de Getxo está tendiendo la mano a menores de familias refugiadas que están en la localidad y lo hace organizando actividades con ellos mientras sus madres acuden a clases de castellano, acompañándoles al médico, realizando excursiones, ayudándoles con algún trámite en situaciones en las que el no conocer bien el idioma es una dificultad€ Se trata de una experiencia que la ONG local Perualde está desarrollando durante este mes, con la colaboración del Ayuntamiento. La idea es poner de nuevo en marcha esta iniciativa en septiembre.

"Queremos acompañarles como vecinos y como amigos", incidió ayer el responsable de proyectos de Perualde, Asier Arpide. "Intentamos formar una red social que facilite la acogida e integración para las personas solicitantes o beneficiarias de protección internacional, con un compromiso común de crear ciudadanía, ciudadanía inclusiva y no excluyente. Tratamos de sensibilizar para avanzar en la transformación de la sociedad", agregó Arpide. Es un objetivo ambicioso que los quince voluntarios de esta organización getxotarra, de entre 14 y 17 años, hacen con gestos sencillos, pero de gran significado.

Con su apoyo para tareas cotidianas, demuestran a estos menores refugiados que, por ellos, no hay barreras y les abren así las puertas de la inclusión. "El colectivo joven tiene un potencial increíble; estos voluntarios están posibilitando que mujeres de habla árabe que están aprendiendo castellano puedan despreocuparse de atender a sus hijos mientras dan clases; es una de las actividades que están haciendo, son tareas para las que no hace falta un trabajador social, por lo que las puede realizar el que desee ayudar y cuando quiera; no es necesario un compromiso cerrado", explicó el integrante de Perualde. Los miembros de buen corazón de esta ONG, que ayudan a un grupo de entre 10 y 20 menores, se enriquecen con la experiencia. "Han podido conocer a jóvenes que vienen abriéndose camino y descubren que no son tan diferentes a ellos en cuanto a aspiraciones en la vida, pero que para ellos es más complejo. Todo eso les abre los ojos y se sensibilizan", apuntó Arpide.

El contexto

Hasta 2017, Getxo acogía familias refugiadas en un piso de CEAR, convenido con el Gobierno español, y a partir de ese año, a través del proyecto Auzolana, se amplió la acogida con dos pisos más, cedidos por el Ayuntamiento de Getxo al Ejecutivo de Gasteiz. En este momento, en el municipio residen nueve familias refugiadas, provenientes de Siria, Venezuela y Honduras, entre otros países. Además de estas viviendas, el Consistorio ofrece ayudas complementarias a las familias que durante el primer período de asentamiento -que puede llegar a ser de 18 o 24 meses- no han conseguido empleo, hasta que lo logren o puedan acogerse al Sistema Vasco de Garantía Social. Al mismo tiempo, el Consistorio impulsa este acompañamiento comunitario con Perualde. "Nos parece muy importante iniciativas como las de este grupo de jóvenes a quienes felicitamos", comentó la concejala de Cohesión Social, Carmen Díaz.